Conocer nuestro pasado
Hace unos días, en un encuentro que tuve con unos amigos por videoconferencia, escuché un comentario que me dio pie a la reflexión, puesto que también lo había oído en la boca de algún alumno: “No entiendo la importancia que le dais al pasado. Lo importante es lo que hagamos desde ahora, y la Historia no tiene por qué influir en nuestras acciones presentes”.
¿Podemos prescindir de conocer nuestro pasado? ¿Es puramente anecdótico el estudio de la Historia y nuestros orígenes? Como amante de la Historia, probablemente no sea imparcial.
“La historia se repite. Ese es uno de los errores de la historia”. Darwin en el siglo XIX ya dio con una de las razones que hacen que debamos conocer lo que ha ocurrido en otros tiempos. ¿Seguiremos cometiendo errores en el futuro aunque hayamos investigado el pasado? Por supuesto, pero si no tratamos de mejorar todo aquello que nosotros o nuestros antepasados han vivido, ¿qué clase de animales racionales seríamos? A pesar de que el ser humano es el único que tropieza dos veces con la misma piedra, si sabemos de qué piedra se trata, podemos esperar que la tercera vez pongamos más de nuestra parte para saltarla, esquivarla o cogerla, y así no tropezar de nuevo.