El e-learning exige mayor trabajo y supervisión por parte del profesorado
Los estudiantes de hoy tienen una serie de ventajas educativas respecto a las anteriores generaciones. Una de ellas es la tecnología. Hoy en día, los profesores pueden comunicarse con sus alumnos y mandarles tareas a través del correo electrónico, páginas webs, almacenamiento en la nube o aplicaciones de videollamada. Los alumnos, a su vez, pueden también formar grupos de estudio utilizando las tecnologías. Existe una amplia variedad de programas y aplicaciones que permiten realizar a distancia todo tipo de actividades educativas.
A pesar de todas esas ventajas, el aprendizaje on line puede no ser el más adecuado para alumnos de determinadas edades, puede incluso no llegar a la totalidad de ellos, y hasta muchos pueden sentirse aislados y privados de apoyo. Como expresaba el ICT Head del Colegio Europeo de Madrid, Jorge Calvo, en su artículo Aprendizaje on line, ¿qué beneficios nos dejará?, publicado hace unas semanas en MAGISTERIO, «ahora tenemos que hacer uso de plataformas de videoconferencias o de chat, crear esas clases virtuales donde podemos hablar entre nosotros, compartir dudas y enseñar de una forma un poco más cercana. Pero es cierto que el nivel de conexión personal difícilmente será el mismo que en el aula».
Aquí es donde Calvo incitaba a los profesores a «estar atentos y personalizar más aún el aprendizaje y la atención digital. No podemos perder la pauta del seguimiento».
Es justo esa mayor personalización del aprendizaje la que exige también un mayor trabajo de supervisión por parte del profesorado
Y es justo esa mayor personalización del aprendizaje la que exige también un mayor trabajo de supervisión por parte del profesorado. Como indica Susanna Loeb, experta en política educativa y profesora en la Universidad de Brown, en Providence (EEUU), en un artículo publicado en Education Week, «lo que diferencia un entorno on line del presencial es que los estudiantes pueden tener más distracciones, lo que puede reducir su motivación».
A su juicio, «el maestro necesitará, por tanto, establecer una serie de normas para promover la participación de sus alumnos, como por ejemplo exigirles que realicen preguntas regularmente y que estas sean respondidas por sus compañeros».
La clave para que el aprendizaje on line funcione puede estar en el 'feedback' o retroalimentación
Al final, la clave para que el aprendizaje on line funcione puede estar en el feedback o retroalimentación, como señalan algunos expertos. Fernando Trujillo, profesor titular de la Universidad de Granada y asesor científico-tecnológico en Conecta13, hace referencia en su perfil de Twitter a un estudio del Instituto de Tecnología de Massachusetts titulado Remote Learning Guidance from State Education Agencies during the Covid-19 Pandemic: A First Look, en el que se analizan las guías de las 50 agencias estatales de Educación de EEUU en relación con el cierre de las escuelas y el aprendizaje a distancia.
El informe hace hincapié en la importancia de «situar la equidad en el centro de los planes de aprendizaje a distancia, con información detallada para poblaciones con necesidades específicas de apoyo educativo». Ese planteamiento de la Educación on line desde la igualdad lleva a «primar el trabajo asíncrono –el proporcionado a través de la web o el email– sobre el síncrono –el que se realiza cuando alumnos y profesor se reúnen a través del chat o de una videollamada–, la necesidad de instrucciones claras, valorar el tiempo de las tareas con precisión y prestar atención al feedback y la tutoría emocional y afectiva».
Como apunta Jorge Calvo, «los alumnos obtienen un mayor aprendizaje cuando conocen y corrigen sus defectos y puntos débiles». Y cree que «como docentes on line debemos brindar esa retroalimentación a nuestros alumnos», aunque advierte sobre la importancia de «contar con suficientes recursos para trabajar con ellos adecuadamente en la distancia».
Vemos que en esa retroalimentación es muy importante poner el foco en los alumnos más rezagados y con mayores dificultades. Como dice Susanna Loeb, «incluso cuando se puede asegurar el acceso a dispositivos y banda ancha, un creciente número de investigaciones sugiere que la enseñanza on line puede conllevar también una ‘penalización on line’ para los alumnos con dificultades y para los más vulnerables».
La enseñanza on line puede conllevar también una 'penalización on line' para los alumnos con dificultades y para los más vulnerables
"En un informe realizado por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), en el que se analizan los efectos académicos del cierre de los colegios por la pandemia del coronavirus, uno de sus autores, el doctor en Economía Aplicada Ismael Sanz, explica cómo «el cierre de los centros escolares puede afectar al aprendizaje de los alumnos, especialmente de los más rezagados». Además, «agravan esta situación factores como son la situación económica y laboral en los hogares, el acceso a internet o incluso el nivel de estrés de los padres, actores fundamentales en el acompañamiento de la Educación en casa».
En este sentido, el profesor Ismael Sanz afirma que «hay muchas medidas que los gobiernos pueden adoptar para paliar estos efectos, como contratar nuevos docentes para lograr una atención más personalizada de los alumnos según sus necesidades».
Por este motivo, entre las propuestas que recoge el informe destaca la referencia a la ampliación del Programa de Refuerzo, Orientación y Apoyo (PROA), un plan para apoyar a los alumnos rezagados, los más afectados por el cierre de los centros, y que supone una garantía de que su adquisición de conocimientos no se verá resentida durante la crisis del Covid-19.
A pesar de todos los inconvenientes, como expresa Susanna Loeb, «las clases on line pueden no ser tan efectivas como las presenciales, pero ciertamente son mejores que ninguna clase, y en este momento están permitiendo a los alumnos hacer ejercicios e interactuar con sus profesores de una manera que hubiera sido imposible unas décadas antes».
Efectos del Covid-19 en la Educación
La Organización de Estados Americanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) ha elaborado el informe Efectos del Coronavirus en la Educación, donde analiza los efectos académicos del cierre de los colegios por la pandemia del coronavirus:
- Desviación estándar. El impacto por el cierre de los centros escolares en España podría ser de hasta el 3% de la desviación estándar. Es decir, un alumno que vuelva a clase el 1 de junio perdería el equivalente a un 11% de lo que se aprende en un curso escolar.
- Efectos a largo plazo. Los efectos negativos de haber alcanzado un menor nivel de estudios se verían también reflejados en el largo plazo. El informe deduce que el cierre de los centros educativos en España podría reducir el salario de los alumnos españoles hasta un 1% cuando alcancen entre 30 y 40 años.
- Propuesta. La OEI propone incluir, entre estos estímulos fiscales, la contratación de nuevos docentes para un nuevo y ampliado Plan PROA: un plan para apoyar a los alumnos rezagados, que serán los más afectados por el cierre de los centros y que puede mejorar sustancialmente el rendimiento académico.