El sauce mágico
Somos conscientes de la necesidad de concienciar sobre el cuidado de la naturaleza y lo que abarca todo en ello, por eso nuestro proyecto tiene como pilar fundamental el sauce de nuestro patio: el sauce mágico.
Hemos comenzado el curso conociéndolo. Nuestro sauce tiene unas ventanas mágicas, por las cuales podemos observar que, en él, viven seres mágicos: las hadas. También tiene un buzón en el que recogemos cartas y regalos que nos dejan las hadas todos los días para saber las actividades que tenemos que realizar.
Con esto como base, creamos un ambiente de expectación y alegría cada mañana.
En las actividades que realizamos, interiorizamos valores como:
- Solidaridad, al compartir…
- Convivencia en la colaboración y ayuda, al fomentar actitudes no violentas…
- Tolerancia, pues todos tenemos los mismos derechos y libertades.
- Respeto a la individualidad de cada uno, al entorno natural y material…
ACTIVIDAD 1:
Esta actividad está basada en el cuento de “Jaime y las bellotas”, para trabajar el otoño, el cuidado y el respeto hacia la naturaleza, la socialización y diferentes emociones como el amor y la perseverancia, la confianza en uno mismo y la amistad.
La actividad la empezamos en el patio, donde se encuentra nuestro “Sauce Mágico”. Como cada mañana, junto a los niños, a primera hora visitamos el buzón del Sauce mágico, donde se encontraba una carta. En ella, el Sauce nos contaba la actividad que nos tenía preparada.
En el buzón, encontramos unas cuantas bellotas y una pequeña carta con indicaciones para encontrar un cofre en el huerto del cole. Las indicaciones eran las siguientes:
- Realizar distintas posturas de yoga.
- Abrazar en grupo al Sauce.
- Pasear por el huerto de forma silenciosa hasta encontrar el cofre.
En el cofre nos encontramos con el cuento de “Jaime y las bellotas” y también distintas semillas para cada niño.
Mientras la educadora contaba el cuento, los niños iban haciendo lo mismo que hacía Jaime: plantar bellotas para que creciera un árbol. Y, como en el cuento decía que Jaime plantaba semillas, pero los animales se comían primero la semilla y, luego, la planta, para que no nos pasara lo mismo, fuimos a la granja a ver a nuestros animales y les preguntamos si se iban a comer nuestras semillas. Como son animales muy buenos, nos dijeron que no, que iban a dejarlas crecer. Así que, contentos y felices, fueron a contar al Sauce Mágico lo que habían hecho y que iba a tener más amiguitos árboles en un futuro, cuando las semillas.
ACTIVIDAD 2: EL INVIERNO
El 21 de diciembre dimos la bienvenida al invierno. Por la mañana, fuimos al Sauce Mágico y había, en el buzón, una bola de algodón, dos cartas y zanahoria.
Leímos la carta, que nos explicaba que comenzaba el invierno y que, después de almorzar él y sus amigos los árboles, nos tendrían preparada una fiesta del invierno en el patio.
Después de almorzar, salimos y estaba el patio de color blanco (árboles con tiras blancas y también en las distintas partes del patio). En otra carta, que nos había dejado el Sauce nos explica en qué consistía la fiesta del invierno.
Nos decía que, en invierno, hace mucho frío, que, en algunos sitios, nieva, que con la nieve se pueden hacer muñecos de nieve, que la nieve está muy fría…
También, nos hablaba de la ropa apropiada del invierno (gorro, bufanda y guantes).
Antes de salir, nos pusimos abrigo, gorro y guantes y nos pintamos la nariz y la cara de color blanco, como un muñeco de nieve.
Al salir, comprobamos que estaba todo de color blanco y las seños nos explicaron que, con el papel (wc), podríamos hacer bolas de papel grandes y pequeñas para lanzarnos bolas de nieve.
Después, recogimos todas las bolas para hacer un muñeco de nieve. Metimos las bolas en una caja en la que, al darle la vuelta, había un muñeco de nieve.
¡Hicimos magia llenando la caja!
Abra cadabara…
Entonces, supimos para qué era la zanahoria, para ponérsela al muñeco de nieve.
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OBJETIVOS
Conocer su propio cuerpo y el de otros y sus posibilidades de acción.
Aprender a respetar las diferencias.
Observar y explorar su entorno familiar, natural y social.
Adquirir progresivamente autonomía en sus actividades habituales.
Desarrollar sus capacidades afectivas.
Relacionarse con los demás y adquirir pautas elementales de convivencia.
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Autocrítica
Al valorar la experiencia, nos hemos dado cuenta de que podíamos haber trabajado más características del otoño y del invierno. En la actividad del otoño, hubiéramos podido aprovechar y hacer un taller del tacto: comprobar que las hojas son lisas y los troncos de los árboles son rugosos. En la actividad del invierno, hubiéramos podido hacer un experimento con agua muy fría y un cubito de hielo, al cual le tiramos el agua fría y se hace hielo. De esta manera, podrían haber experimentado y tocado hielo y descubrir lo frío que está.
Conclusiones
Se trata de una experiencia vital, que permite al niño sentir y medirse a sí mismo de forma diferente a como lo hace en la ciudad.
La naturaleza ofrece una cantidad tan elevada de estímulos que el contacto con ella hace que el niño se encuentre en un espacio abierto, con sensación de libertad, con capacidad de moverse libremente, de observar los procesos que ocurren, algo fundamental para el desarrollo de sus habilidades de movimiento, pero también un estímulo para sus neuronas, para sus emociones y para su aprendizaje.
MARÍA DEL MAR LÓPEZ FERRUSES, CRISTINA REBOLLO GIL, CELIA NOVA LÓPEZ y YOLANDA SORIANO MOLINA
CEI “Los Ángeles”, Castellón