fbpx

Lenguas y formación

Manuel Carmona
Profesor universitario
13 de abril de 2020
0

Se trata de imponer en este país y en otros la formación bilingüe a los menores desde Infantil a la Universidad. Siendo, qué duda cabe, algo necesario, deja de ser prioritario cuando no se enseña y educa a los niños y jóvenes a pensar con mirada crítica, a ser capaces de identificar las fuentes científicas serias y con una trayectoria internacional, a respetar la propiedad intelectual citando y dando su lugar a esas fuentes, y a trabajar como un auténtico equipo, entre otras competencias básicas.

Los sabios profesores universitarios, Dr. Harold Raley y Dr. José Luis Serrano, que ya han alcanzado la octava década de vida para alegría de todas las personas que los admiramos y les profesamos cariño, tienen tras de sí más de cuatro decenios enseñando no solamente sus lenguas maternas (inglés y español) sino también otros idiomas y sobre todo una filosofía de vida de pura cepa occidental con manos tendidas a pueblos de Asia y de África.

Raley ha sido catedrático en dos universidades públicas de los Estados Unidos, enseñando lo mejor del pensamiento español y occidental en inglés, español, francés o alemán. Así como decano de Humanidades de la Universidad Baptista de Houston hasta ser emérito. Es a día de hoy el gran maestro hispanista para entender y avanzar en la cultura hispanoamericana del que hemos de beber las nuevas generaciones que precedemos a la suya.

Serrano ha sido profesor en la Universidad de Estocolmo, maneja además de las principales lenguas españolas y europeas, también algunas tan exóticas como el arameo y el yiddish. Todo ello “a base de codos, de estudio y trabajo” como él nos recuerda. Por sus manos han pasado estudiantes de buena parte de Europa y de Hispanoamérica, y entre sus trabajos en Suecia estaba ser guía de los potenciales premios Nobel de habla hispana durante los días que aquellos visitaban su universidad y otras instituciones suecas vinculadas al universal galardón.

Se trata de imponer la formación bilingüe. Siendo, qué duda cabe, algo necesario, deja de ser prioritario cuando no se enseña y educa a los niños y jóvenes a pensar con mirada crítica

Pues bien, hoy en día, en lugar de escuchar la sabiduría de vida, metodológica y de conocimientos acumulados por próceres de la Educación y formación como los mencionados y algunos otros, los hay que se obstinan primero en vender la moto de ser pioneros en la enseñanza bilingüe, lo cual es improcedente. Segundo, no enseñar y exigir a los jóvenes el aprendizaje de las competencias básicas que he marcado en el primer párrafo: si no les enseñamos a respetar al otro, a desarrollar sus aptitudes científicas, a separar las fuentes científicas internacionales de las que no lo son, a pensar con rigor, a tomar decisiones inteligentes, y a trabajar en grupo, disculpen pero estaremos haciendo un pan como unas tortas. Y esto tendrá unas gravísimas repercusiones no solamente para la vida de esas nuevas generaciones sino también para el conjunto de la sociedad y de todos los países.

Quiero comentarles otra circunstancia a superar: acabar con los complejos que la mayoría de los pueblos aún acarrean por desconocer en profundidad la Historia de su país y de otros. Y voy a hacer un brevísimo sumario poniendo como ejemplo España. Mutatis mutandis podemos hacer este experimento con otras naciones. No puede ser que el español, una de las cuatro lenguas de nuestro país, sin lugar a dudas la más universal de todas como demuestran la realidad, la historia, la cultura y la ley, sea considerada un idioma menor respecto al inglés. En el fondo de todo ello laten realidades como ese complejo español arraigado desde el siglo XIX; el ya reiterado desconocimiento de la Historia propia y ajena; los intereses propagandistas de los manipuladores que encabezaron en el siglo XVI el contubernio de las Coronas británicas y de Orange de entonces con los rencorosos y demagogos que lideró Bartolomé de las Casas.

Vivimos en el siglo XXI, somos occidentales, con dos lenguas universales desde el s. XV en el caso del español, y desde finales del siglo XIX en el caso del inglés. Ha llegado la hora de que respetando y usando el resto de lenguas europeas y de otras latitudes, aprendamos todos desde el ejemplo que nos brindó la Escuela de Traductores de Toledo a desarrollar todas las ciencias y todos los oficios estableciendo prioridades con espíritu internacional, respetando las singularidades y fomentando los préstamos e injertos entre las lenguas y culturas.

 

 

 

 

 

0
Comentarios