Un robot viene a verme
Hemos introducido en el aula un robot que tiene Inteligencia Artificia y se llama AISOY. A los alumnos se les presentó como un amigo que había sido enviado de otro planeta y teníamos que despertarle y ayudarle a integrarse como un alumno más: “está dormido. Le despertamos y tenemos que intentar no asustarle. Cuando despierta, podemos hacerle preguntas”. El profesor, mediante la aplicación diseñada, puede escribir las respuestas y el robot las dice.
Las emociones
Como AISOY estaba aún en fase de pruebas, decidimos programarlo y usarlo para trabajar la inteligencia emocional con los alumnos. Un día, AISOY nos explica que ha aprendido datos sobre los humanos. Por ejemplo, que los humanos tiramos basuras al mar y que eso le pone triste. Cuenta varias anécdotas, nombrando el sentimiento que cada una le produce.
En asamblea, se va preguntando a los alumnos cuándo sienten ellos ese estado del que habla el robot.
En el medidor emocional instalado en el hall del colegio, cada alumno se sitúa en la posición que representa lo que siente ese día y explica el por qué.
Nos basamos en el método RULER para poner en marcha nuestro proyecto, debido a que consideramos que era el más completo, en cuanto a que no se basa solo en reconocer las emociones, si no en saber gestionarlas adecuadamente.
De forma transversal a todo esto, AISOY siempre está presente en las clases, como un alumno más, un nuevo amigo, diferente, como todos ellos.
Señalar que, después, lo hemos usado para trabajar la lateralidad en una sesión en la que AISOY proponía un juego.
Más adelante, decidimos programarlo para que los alumnos trabajasen la lateralidad, respondiendo a los juegos que el robot proponía.
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OBJETIVOS
- Desarrollar sus capacidades afectivas.
- Relacionarse con los demás y adquirir progresivamente pautas elementales de convivencia y relación social.
- así como ejercitarse en la resolución pacífica de conflictos.
- Conocer su propio cuerpo y el de los otros, sus posibilidades de acción y aprender a respetar las diferencias.
- Observar y explorar su entorno familiar, natural y social.
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Valoraciones
Hemos aprendido todos con este proyecto, tanto alumnos como profesores. Comprendiendo nuevos términos de lenguaje emocional, consiguiendo solventar las dificultades tecnológicas del robot, y sobretodo, fomentando la empatía ya que ahora sabemos nombrar las diferentes emociones. Ya no todo es estoy triste o estoy contento. Ahora estamos desanimados, exaltados, alegres, cansados, enérgicos, etc.
Introducir un agente externo (el robot) crea el factor emoción en el aula y esto produce aprendizaje. Además, el robot, por las características que tiene, se convierte en un igual para los alumnos.
NOELIA CAVA
“SEK Santa Isabel”, Madrid