Lo que España puede aprender de Portugal, Francia e Italia
El estudio del Consejo Escolar del Estado refleja dos modos de afrontar la escolaridad obligatoria. © CHERRIES
¿Se puede seguir manteniendo que la repetición es un «recurso excepcional» con tasas del 30,6% en 15 años y del 13,5% en 12 años en el curso 2017-18? En España, la tasa de alumnado repetidor con 15 años ha evolucionado del 36,8% en el curso 2000-01 al 30,6% en el curso 2017-18. Mientras, al final de la Primaria, con 12 años, ha aumentado del 12,8% al 13,5% entre esos mismos cursos.
En un plazo de tiempo menor, entre 2006-07 y 2017-18, Francia logró reducir la tasa de repetición en el equivalente a 2º de ESO del 6,1% al 0,4%. En España esa misma tasa pasó en ese periodo de 15,5% al 9,1% (en un curso, 2017-18, en que además se rompió la tendencia a la baja). Entre las causas, un decreto francés de 2015 que modificaba los criterios de orientación y repetición de curso. Desde entonces, en función de los resultados de la evaluación, los padres del alumno formulan una solicitud de paso al curso siguiente, de orientación o repetición, salvo en el último curso de la Secundaria obligatoria.
En menos tiempo aun, en cuatro cursos, entre 2013-14 y 2016-17, Portugal redujo la tasa de alumnado repetidor también en ese nivel del 13% a menos de la mitad, al 6,6%. Y ello pese a ser el único país, como España, que cifra el número de materias suspensas con las que se puede promocionar (no pueden ser portugués y matemáticas o tres o más materias).
Son datos del estudio El éxito en la Educación Primaria y Secundaria, un informe del Consejo Escolar del Estado en que se comparan los sistemas de Alemania, Canadá, España, EEUU, Francia, Italia, Países Bajos, Portugal, Reino Unido y Suecia.
En él, se destaca la evolución de Francia y Portugal por pertenecer al conjunto de países mediterráneos y germánicos en que, como en España, «la Educación Secundaria ha sido concebida hasta muy recientemente como un proceso en que la selección de los contenidos va enfocada hacia los estudios superiores (…), con un paso de curso selectivo, que exige que los alumnos superen los aprendizajes planteados en las diferentes materias y, de no hacerlo, se recurre inexorablemente a la repetición de curso».
Sin embargo, la evolución en Portugal y Francia, pero también en Alemania e Italia, demuestra que muchos de ellos se están pareciendo cada vez más a un segundo grupo de países en que el paso de curso es casi universal y la repetición, muy extraordinaria, se realiza solo con el consentimiento o a petición de los padres y madres. Países como Suecia, Canadá, EEUU o el Reino Unido, en que los alumnos se asocian a cada curso según su edad y el paso de un curso a otro es prácticamente automático, abordándose en el siguiente las dificultades de aprendizaje con adaptaciones y orientaciones para continuar con un plan individualizado cuando el estudiante presenta un desfase relevante en una o más materias, que le da la oportunidad de asistir a las clases del grupo de alumnos de su nivel de aprendizaje solo en esas materias.
La reducción de la tasa de repetición ha ido pareja a la extensión de la enseñanza obligatoria, primero hasta los 16 años y después, tanto en Francia y Portugal, hasta los 18.
Quizá se entienda ahora que el aprobado general en Italia a raíz de la crisis del Covid-19 no generara polémica en un país en que el paso de curso es automático hasta los 14 años –si bien el consejo de profesores puede proponer la no admisión al examen estatal final– pero sí en España, un país en el que los estudiantes logran en PISA resultados homologables a los de su entorno pero que se encuentra con que, a los 16 años, con datos del curso 2017-18, el 40,9% de los jóvenes no había accedido a estudios posteriores a ESO y el 31,7% de quienes seguían en la ESO ni siquiera estaban en 4%. En nuestro país, entre el 20 y el 25% de los jóvenes no obtiene el título de la ESO a la edad esperada y 30.000 alumnos abandonan cada año el sistema sin ningún tipo de titulación.
En consecuencia, en la media de la OCDE el 85% de la población entre 25 y 34 años tiene un nivel de formación de CINE 3 (Bachillerato o FP de Grado Medio) y en España este porcentaje es del 67,7%. El objetivo de la UE es del 90% (el mismo reto, en realidad, de reducir el abandono educativo temprano al 10%, pero formulado en positivo).
¿Cómo romper con el trinomio repetición-fracaso-abandono? ¿Quién tiene la culpa? El estudio del Consejo Escolar menciona, entre otros, el currículum, la cultura de centros, la formación del profesorado o los recursos disponibles. Cita, por ejemplo, el modelo un profesor-una asignatura-un aula y el dominio «de una enseñanza predominantemente académica y selectiva, influida y condicionada por los planteamientos de antiguos y recientes bachilleratos, y no solo en la Educación Secundaria».
«No sólo hay una larga distancia entre nuestro currículo y el de los países con menores tasas de repetición o entre el currículo oficial y el implementado en la práctica. También hay una distancia enorme entre el tipo de aprendizajes propuestos en nuestro currículo y en el de los países mencionados», prosigue el informe, que anima a pasar del «no dejarse nada atrás» al «No dejar a nadie atrás».
Lejos de culpar a los docentes de la alta tasa repetición, el estudio señala que al profesorado «se le exige que imparta ese currículo, que lo trabaje con cuidada atención a la diversidad de su alumnado, que lo acompañe del trabajo práctico necesario, individual y en equipo, que sea riguroso con los conocimientos científicos de las materias que imparte, además de creador, animador e impulsor de aprendizajes innovadores e ilusionantes… y sin tiempo para volver a lo aprendido por todos, evalúe, califique y decida sobre la promoción con rigor».
Al tiempo, reconoce que los ligeros descensos en los alumnados que habían repetidores con 12 y 15 años entre 2009 y 2018, «tan alejados de los del resto de los países del estudio, solo pueden ser atribuidos a los esfuerzos de los centros y los equipos docentes y no a los recursos que las Administraciones han puesto a su disposición».
Con respecto a los cambios de tendencia con las sucesivas leyes educativas (Logse-LOE-Lomce), se observa cómo con la LOE (2006) comenzó a disminuir la repetición en Secundaria y con la Lomce se mantuvo esta tendencia, con una caída del 42,6% al 30,6% en una década. Mientras, en Primaria ha habido un ligero incremento, del 12,8% en el curso 2000-01 al 13,5% en el curso 2017-18.
Además de referirse a la repetición, el informe se detiene en la certificación al final de la Educación obligatoria. Y demuestra que las reválidas o los itinerarios en la ESO no son extraños en otros países analizados, pero sí lo es un título como el nuestro. Que al finalizar la enseñanza básica exista este salvoconducto sin el cual no se puede seguir estudiando supone, según este estudio, «una barrera educativa». Frente a esto, proponen sustituir el Graduado en ESO por una certificación que habilitara al alumnado a acceder a distintas vías.
A las actuales –Bachillerato, FP– añade una propuesta de tercera vía –quizá llamada «Aprendizaje profesional»–, como la que ya existe en otros países, como Francia, Portugal, Italia, Alemania, Suecia y los Países Bajos, para aquellos alumnos que no están en condiciones de progresar con éxito en las dos convencionales. Una tercera vía con la que nuestro sistema no cuenta, dado que la Formación Profesional Básica se entiende para alumnos de 2º y 3º de ESO y esta que ahora se plantea llegaría para los alumnos sin título al final de la Educación obligatoria, con 16, 17 o 18 años.
Los cambios que introduce la Lomloe
- Promoción. Como con la Lomce, se puede repetir solo una vez en Primaria. El cambio es que se puede repetir por ciclo (en 2º, 4º o 6º), no por curso. En ESO España sigue siendo de los pocos países, con Portugal, que se refiere a un límite de suspensos para promocionar. Con tres o más materias no se promociona, salvo que «excepcionalmente» el equipo docente considere que la naturaleza de las materias no superadas permite seguir con éxito el curso siguiente. Con la Lomce esta excepción no se daba si entre las suspensas estaban Lengua y Matemáticas.
- Transición de Primaria a Secundaria. Se permite la organización por ámbitos –antes restringida a 1º de ESO– de 1º a 3º.
- PMAR. Vuelven a denominarse programas de diversificación. Ubicados en 3º y 4º de ESO van enfocados a la consecución del título de Graduado en ESO.
- Título de Graduado en ESO. La FP Básica es conducente a este título, independientemente de la decisión del equipo docente. Quienes no obtengan el título recibirán una certificación oficial en la que constará el número de años cursados y el nivel de adquisición de las competencias establecidas. Todo el alumnado recibirá un consejo orientador individualizado con una propuesta sobre sus opciones.
Ámbitos para todos en 1º de ESO en la Comunidad Valenciana y en Aragón
«Se trata de una opción que contempla la LOE desde 2006 para 1º de ESO y que estos años distintos institutos han puesto en marcha», explica el secretario de Educación de la Comunidad Valenciana, Miguel Soler, para referirse al anuncio de que el curso que viene todos los alumnos de 1º de ESO de la comunidad estudien por ámbitos y no por asignaturas. De momento, Aragón se ha sumado a la propuesta, hacia la que más comunidades se han mostrado receptivas. Uno de los objetivos, reconoce, es reducir la tasa de repetición, que tradicionalmente se dispara en este curso. Antes, en Primaria, la Comunidad Valenciana ha restringido la repetición solo en 6º y si se demuestra que es la mejor opción.
«El currículum va a ser el mismo, pero no dividido en 12 materias. Con esta metodología se seleccionan los contenidos fundamentales y se trabaja más sobre ellos, con lo que se logra una mejor comprensión», asegura Soler, que desarrolló al frente del Centro de Desarrollo Curricular del Ministerio de Educación los programas de diversificación en 1994. Soler también asegura que «el alumno que va bien irá aun mejor», prosigue Soler. El secretario reconoce que de algún modo es «adelantarse a la Lomloe, cuyo espíritu global compartimos», y no descarta que esos alumnos puedan seguir trabajando por ámbitos en 2º de ESO si la experiencia se demuestra exitosa.
Al tiempo, reconoce que la Lomloe debería ir más lejos y suprimir el título de Graduado en ESO, como así se lo expusieron él y el consejero Vicent Marzà a la ministra Isabel Celaá en su ronda de contactos con las comunidades autónomas. «Creemos que debería sustituirse por un certificado de tu trayectoria, con una orientación para seguir formándote, bien en Bachillerato, bien en FP o bien combinando la formación y el empleo, dentro de un contrato de formación y aprendizaje», zanja.
Cataluña, la tasa más baja;
Ceuta y Melilla, las más altas
Ni al hablar sobre abandono educativo temprano ni al hablar sobre repetición da igual la comunidad desde la que se habla. Así, el informe del Consejo Escolar refleja, en base a PISA 2018, las notables diferencias entre ellas. Once comunidades superan el promedio español, tres tienen porcentajes de alumnos que han repetido alguna vez a los 15 años comprendidos entre el 26 y el 28% y, en las comunidades con menores tasas de repetición son Navarra (23,9%), el País Vasco (20%) y Cataluña (15,1%).
Si se observan las siete comunidades con menor índice de repetición, las anteriores más Asturias, Cantabria, Galicia y Castilla y León, se observa que todas consiguen resultados en Matemáticas por encima del promedio de la OCDE. En cuanto a las 10 comunidades y ciudades autónomas con mayor índice de repetición, salvo La Rioja, obtienen resultados en Matemáticas por debajo del promedio. Los resultados en Ciencias siguen aproximadamente los mismos parámetros que los de Matemáticas.
En cuanto al abandono educativo temprano, también lidera el ranking Ceuta, con un 27,8%. El País Vasco, con un 6,7%, ya ha superado la meta de la UE del 10% para 2020, que para España es del 15%.