Ni tan tecnológico ni tan tradicional
Situación caótica, con falta de directrices claras, y con un futuro inmediato incierto. Pero centrémonos en lo positivo, ¿acaso hay algo? Es muy probable que haya docentes que han sido reticentes al cambio que se han encontrado con que la realidad ha sobrepasado sus ideas preconcebidas… También al contrario, gente que apostaba por la competencia tecnológica se da cuenta de la necesidad de contacto humano para educar. Lo que es seguro es que ahora comprendemos con más precisión lo que realmente es importante: la vida.
Las situaciones límite también sacan lo mejor de muchas personas. Aunque saturados y perdidos, los docentes lo están dando todo para llegar a sus alumnos en las circunstancias tan adversas en las que nos encontramos. Mejor o peor, la actitud de miles de maestros que se han reciclado a marchas aceleradas, creando vídeos, podcast o formularios online es irreprochable.
Ahora, además de cerrar el curso, toca reflexionar. La situación que vendrá, aunque incierta, va a volver a ser diferente, y va a suponer un gran reto para las instituciones, familias, y docentes. ¿Cómo afrontarla? Con ganas de seguir construyendo una sociedad más solidaria, más justa y adecuada a la realidad que vivimos. No perdamos de vista que el trabajo del maestro es ese: formamos a las mentes del presente para conseguir un futuro mejor.