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#VuelveAlCole

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Muchos países han comenzado a relajar las medidas de distanciamiento o confinamiento social tras haber conseguido frenar la expansión del Covid-19. Las estrategias de lo que en España se denomina “desescalada” intentan encontrar un difícil equilibrio entre permitir la recuperación de la vida social y de la actividad económica y evitar un nuevo brote. ¿Cuándo debería abrir la escuela sus aulas y a quién?

Muchos países han optado por abrir los colegios como una de las primeras medidas. Entre ellos se encuentran varios países asiáticos como China o Japón, y muchos europeos como Dinamarca, Noruega, Alemania o Francia. Unos pocos, entre los que se encuentra España, han decidido retrasar la vuelta al cole hasta después del verano. Para mi sorpresa esto ha generado un amplio debate sobre los inconvenientes de cara a la conciliación de los padres, pero pocas voces han expresado preocupación por lo que considero fundamental: el coste que supondrá de cara al retraso en el aprendizaje.

¿Cuáles son los pros y contras de abrir los colegios en las primeras etapas de la desescalada o retrasarlo? Desde el punto de vista de la salud, toda la evidencia apunta a que los niños en edad escolar no desarrollan síntomas (o son muy leves) si se infectan. Por tanto, para los niños el riesgo es muy bajo y no justifica el mantener los colegios cerrados. Lo que aún no está claro es si los niños pueden contagiar a los adultos. Algunos estudios sugieren que su tasa de contagio es muy baja, puesto que durante la fase de expansión han sido el origen de muy pocas infecciones en sus hogares. Sin embargo, otros estudios se basan en el hecho de que los niños infectados tienen una carga viral parecida a la de los adultos, para concluir que sí podrían infectar a adultos. Por tanto, el riesgo que hay que considerar es que los niños contagien a los profesores y el resto del personal. Entre los docentes, en los casos de mayor vulnerabilidad por enfermedades previas o por edad éstos podrían continuar dando clases on-line.

El riesgo que hay que considerar es que los niños contagien a los profesores y el resto del personal

La preocupación por los niños de entornos socio-económicos más desfavorecidos, que tienen más dificultades para tener acceso a un ordenador individual y a internet, ha llevado a algunos países a no cerrar en ningún momento el acceso a los colegios a los alumnos más vulnerables. El objetivo era evitar que el cierre de las escuelas tuviese un impacto mayor sobre estos alumnos. Sin embargo, los resultados no son los esperados pues en el Reino Unido sólo un 5% de los alumnos vulnerables que podían continuar asistiendo a clase, lo ha hecho. Por tanto, la asistencia “voluntaria” a clase no ha funcionado.

Es más, a medida que más países se suman a la apertura de los colegios se observa que la preocupación de las familias por la salud de sus hijos les lleva a no permitirles la vuelta al cole. Varias encuestas ponen de manifiesto que las familias de entornos socioeconómicos favorecidos son más partidarias que las de entornos más desfavorecidos de llevar a sus hijos de vuelta al colegio en cuanto se levantan las restricciones. Es fundamental pues que los colegios tomen las medidas necesarias para asegurar a los padres que sus hijos estarán en las mejores condiciones posibles.

Estas medidas serán necesarias por un tiempo, pues al virus no se le vence, al virus hay que adaptarse. En aquellos casos, como el de España, en que la expansión del virus se ha frenado con medidas muy restrictivas de confinamiento, ello no supone que el virus haya desaparecido. Sencillamente, el virus no se puede propagar con la misma frecuencia cuando la gente se aísla en casa, que cuando hace su vida normal y entra en contacto físico diariamente con otras personas. En cuanto se reanude la actividad y los contactos entre personas, volverán los contagios y el virus comenzará de nuevo a expandirse. Habrá nuevas olas de contagio hasta que se encuentre una vacuna y las previsiones indican que se tardará uno o dos años. Es de esperar que las siguientes oleadas se gestionen de forma más eficaz que la primera y no sea necesario volver al confinamiento, ni se alcance un nivel de infectados que desborde el sistema sanitario, ni una tasa de fallecidos tan estremecedora.

A medida que más países se suman a la apertura de los colegios se observa que la preocupación de las familias por la salud de sus hijos les lleva a no permitirles la vuelta al cole

Tenemos que estar preparados para que, cuando se relajen las medidas, el virus comience a expandirse otra vez de forma silenciosa, como en la etapa que ahora estamos superando. Esto es inevitable porque la principal fuente de contagios son las personas que no saben que están infectadas porque no desarrollan síntomas o son muy leves y, por tanto, continúan con su vida normal. Todos los países que han evitado unas tasas de infectados y fallecidos por habitante tan elevadas como las de España, lo han hecho gracias a los test. Hay un tipo de test que permite detectar la presencia del virus, lo que permite aislar al portador (aunque sea asintomático) y poner en cuarentena a sus contactos. Taiwan, Corea del Sur, Australia o Nueva Zelanda han impedido la expansión del Covid-19 en etapas muy tempranas empleando esta estrategia. Cuando la expansión ha alcanzado un cierto nivel, son fundamentales también los test de anticuerpos, que permiten saber si una persona ha sido infectada (aunque no lo sepa) porque ha desarrollado defensas contra el virus. Estas personas mantendrán la inmunidad al menos durante meses, por lo que pueden volver a hacer una vida normal sin correr riesgos, ni poner en riesgo a otros.

Es lógico que, además de los enfermos, en una primera etapa se haya priorizado al personal sanitario para la realización de test pues están más expuestos y, si se contagian, pueden infectar a sus pacientes y a otros médicos y enfermeros. Pero también me parece razonable plantear que, una vez se mejore la capacidad de realizar test, se considere como prioritarios a los docentes y el resto del personal de los colegios. Ellos serán una importante línea de defensa, ocupándose de educar a los niños en cómo adaptarse al virus y asegurando que siguen aprendiendo para saber desempeñarse en un futuro que ahora más que nunca se presenta muy incierto.

¿Quiénes deberían de tener la prioridad en recuperar el aprendizaje presencial? Pues quienes tienen más dificultades para seguir aprendiendo on-line y más necesidad de reanudar la interacción con los profesores: los más pequeños. La preocupación por el retraso en el aprendizaje de los alumnos de Primaria ha llevado a muchos países a permitir que sean los primeros en volver al cole. El resto de los alumnos se van incorporando en etapas sucesivas.

Me parece razonable plantear que, una vez se mejore la capacidad de realizar test, se considere como prioritarios a los docentes y el resto del personal de los colegios

¿Cómo se pueden adaptar los colegios al virus? Vamos a convivir con nuevas oleadas, luego es fundamental que los colegios se reorganicen. El nuevo diseño debería minimizar el riesgo y asegurar, en la medida de lo posible, la continuidad de clases presenciales durante los rebrotes. Las medidas que han implementado los países que ya han abierto sus aulas incluyen: intensificar las medidas de higiene, mantener la distancia de seguridad, disminuir el número de alumnos por clase y dividir en grupos reducidos a los alumnos durante el recreo. La disminución del número de alumnos por clase supone una reorganización del espacio físico considerable, que requerirá de más aulas, y un diseño nuevo de turnos horarios que combine clases presenciales y online para los alumnos de Secundaria.

Esta adaptación supondrá un esfuerzo considerable y un coste económico, pero urge llevarla a cabo antes de que se reanuden las clases en septiembre. De otra forma los alumnos españoles acumularán un retraso en el aprendizaje que será difícil de superar. Este es el coste fundamental que como país no nos podemos permitir. Como sociedad, no debemos permitir que las generaciones más jóvenes se queden sin futuro.

Después del #QuédateEnCasa deberíamos exigir #VuelveAlCole

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