España, ¿nación emprendedora?
¿Es España un país emprendedor? Una radiografía objetiva del escenario español muestra una realidad plagada de luces y sombras.
Entre los aspectos a mejorar para desarrollar el emprendimiento en España, destaca la falta de inversión pública en I+D+i, así como del sector privado. Los proyectos emprendedores precisan de apoyo y recursos para la investigación y deben acompañar a un proyecto desde el arranque hasta su fase de crecimiento y estabilización.
En este sentido, nuestro país está algo rezagado respecto a otros, por ejemplo, de las 346 empresas tecnológicas valoradas en más de 1.000 millones de dólares que existen hoy en el mundo, 172 son de Estados Unidos, 91 en China, 8 en Corea; siendo Alemania la primera nación europea de la lista, con ocho registradas, y España aparece sólo con una.
A pesar de estas dificultades, nuestro país tiene un alto potencial emprendedor. Primero, por contar con focos urbanos ya definidos por su alto carácter emprendedor como son Barcelona, Valencia o Málaga. Segundo, por haber conseguido posicionarse como una potencia con una aceptable producción científica en relación a su dimensión. Tercero, por haberse situado como un entorno atractivo para otros países por su ‘carácter periférico’ que atrae talento y, al mismo tiempo, cuenta con profesionales técnicos muy bien preparados y valorados.
"España ha demostrado que, en periodos de decaimiento de su economía, sabe responder y aportar buenas ideas y creatividad para momentos de crisis, resurgiendo y reformulándose"
En este sentido, España también está sabiendo formar a los futuros emprendedores aportando herramientas a los jóvenes, gracias a propuestas como el programa e-FP, que hemos desarrollado desde Fundación Créate y la Cámara de Comercio de España, que logra combinar una propuesta de los estudios de Formación Profesional con recursos similares a los que utilizan las startups, con el fin de incentivar su capacidad emprendedora.
Tenemos que entender la realidad que nos dibuja el contexto actual, un escenario en crisis y cargado de incertidumbre, en el que los países deben promover la innovación y los entornos de creatividad para ofrecer soluciones distintas y marcar una senda alternativa que nos lleve a la recuperación.
En este sentido, España ha demostrado que, en periodos de decaimiento de su economía, sabe responder y aportar buenas ideas y creatividad para momentos de crisis, resurgiendo y reformulándose cuándo el contexto así lo exige.
Debemos animar a los gobiernos para que, en los momentos en los que prima la vulnerabilidad, apueste por apoyar firmemente a esa matriz de emprendedores, a las mentes brillantes y despiertas, en periodos en los que precisamente de lo primero que se recorta es de la innovación y apoyo a los nuevos proyectos.
No debemos olvidar que el emprendimiento es la llave para sortear los periodos más oscuros, y que España es un país de buenas ideas, creativo e innovador, y que el apoyo a este potencial debe estar ahora más presente que nunca. Una llave que trabaja talento y una bombilla para buscar siempre esa luz al final del túnel.