Test de realidad, sí o sí
Volvemos a citarnos Rúas y yo con la vista puesta en un pronto reencuentro personal cuando se pueda viajar próximamente entre regiones. El motivo de la cita semanal es analizar tres circunstancias que nos afectan a todas las personas e instituciones: Una, es necesario hacer test rigurosos de Covid-19 a toda la población de forma escalada, responsable y coherente.
Dos, la imperiosa necesidad de que la Unión Europea siga dando pasos firmes, sabios y complementarios para, por un lado, impulsar la ultrajada Zona Schengen en los últimos años y darle una proyección internacional más allá de los límites de la UE.
Tres, romper los compartimentos políticos estancos, nocivos y reincidentes que rebrotan en España, Europa y en el mundo. Una premisa básica para superar esto va dirigida a cualquiera de cualquier generación que sigue sin enterarse de esa realidad que en el siglo XX llevó a guerras civiles y a dos guerras mundiales como máximas barbaries: dejen de confundir el ser partidista de cualquier partido nuevo o viejo, con tomar partido ante las circunstancias de la vida. ¿Aún no han aprendido que nadie ni ningún grupo o entidad siempre acierta ni tiene siempre la razón o la luz a los problemas?
La Historia nos lo demuestra con miles de casos a lo largo de la misma.
Toma la palabra Rúas y nos comenta: -Está la UE negociando un ambicioso plan para abordar la crisis social, económica e institucional de la pandemia, que por cierto aún llevará largas y difíciles jornadas de negociación. ¿No sería sensato que en función de criterios clínicos rigurosos se hicieran los test en una triple vía de cooperación?
¿No sería sensato que en función de criterios clínicos rigurosos se hicieran los test en una triple vía de cooperación?
Ante el tono sosegado y lleno de cuajo de Rúas, pongo en máxima alerta mis sentidos para preguntarle a partir de una hipótesis que intuyo conociéndole. ¿Quieres decir que después de los familiares, amigos o compañeros de estudio o de trabajo de las personas infectadas, se vayan haciendo test al resto de la ciudadanía?
-Sí, en efecto, y teniendo presente la colaboración estrecha entre cualquier persona, familia, las administraciones públicas y sus servicios sanitarios, y las empresas. A éstas se les tiene que bonificar al 100% por la realización gradual de los test. También a las entidades públicas que las realicen a su personal. Todas estarán contribuyendo a la Salud Pública y a dinamizar la economía de forma sostenible y saludable, y así también colaborarán a superar psicosis como el síndrome de la cabaña que ahora mucha gente sufre. Y parte de esos fondos europeos servirán también para potenciar los servicios sanitarios de todos los países y para dinamizar la economía, primero la micro y luego la macro. Clase básica de economía para lechones que diría Goma espuma: tests de Covid-19 implican puestos de trabajo de alto valor añadido. Éstos han de estar bien pagados y con medidas de protección. A más y mejor empleo, la economía cotidiana fluye.
-Rúas una vez recabados los datos de esas pruebas médicas y cumpliendo con los más estrictos protocolos de seguridad y confidencialidad han de ser compartidos por los profesionales y las bases de datos de todas las administraciones españolas y europeas para ir regenerando un Espacio Schengen que de verdad sea un oasis de libertad, seguridad y prosperidad. Y que además sirva de ejemplo para otras zonas del mundo faltas de esos valores cotidianos imprescindibles para la convivencia pacífica. Será un buen punto de partida para que desde el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE y las sedes diplomáticas se reactiven las bases de negociación en los organismos internacionales a escala mundial (OMS, ONU, FAO, Cumbre de Estado de los Países Iberoamericanos, el FMI).
Será un buen punto de partida para que desde el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE y las sedes diplomáticas se reactiven las bases de negociación en los organismos internacionales
-Sí más aún después de esta última década en la que Schengen ha sufrido por la crisis de 2008, los populismos de ambos extremos, los neonacionalismos (entre ellos el Brexit y el American first de Trump, Bolsonaro o Kirchner), la corrupción sistémica, el austericidio, el terrorismo y el narcotráfico internacional, la cuestión migratoria y el agotamiento y la incapacidad de los viejos partidos.
Nos miramos al otro lado de las pantallas del ordenador, en gesto velazqueño, y brindamos con las copas de fresca limonada por el cercano reencuentro en unos días cuando podamos viajar por la mayor parte de España.
Dedicado este artículo a Eduardo Sotillos y Alicia Cora, a Manolo Cora y Mari Carmen Díez, que siempre están alerta en las circunstancia de la vida. Por pedir un Ortega y Marías a la altura del s. XXI.