Demagogia pública y concertada
Hoy quiero hablarles de dos colegios. El Ceipso «Príncipe de Asturias» está ubicado en Pozuelo de Alarcón, esa población que cada año ocupa el primer puesto en el ranking de renta per cápita. Los alumnos del «Príncipe de Asturias» pertenecen mayoritariamente a familias de clase media-alta por el sencillo motivo de que está rodeado de urbanizaciones de clase media alta. El Colegio «San Antonio» se encuentra en pleno barrio madrileño de Tetuán, una de las zonas con menor renta y con mayor tasa de inmigrantes de la capital. El colegio, regentado por los capuchinos, tiene un 98% de inmigrantes, o lo que es lo mismo, lo habitual es que en sus aula no haya ningún alumno de origen español.
Conozco bien ambos colegios porque vivo cerca del primero y me une una buena amistad con el que durante muchos años ha sido director del segundo. La pregunta retórica es la siguiente: ¿cual de estos dos centros recibirá ayudas públicas para hacer frente al impacto de la crisis sanitaria sobre los alumnos?
La pregunta retórica es la siguiente: ¿cual de estos dos centros recibirá ayudas públicas para hacer frente al impacto de la crisis sanitaria sobre los alumnos?
Baste este ejemplo para evidenciar la grave injusticia que se está cometiendo al excluir a la escuela concertada del plan de ayudas dispuesto por el Gobierno. Suponer que todas las familias desfavorecidas acuden a centros públicos y todas las afortunadas acuden a centros concertados supone una simplificación bochornosa de la realidad. Es tan erróneo como suponer que no hay sesgo socioeconómico por titularidad de centro, desde luego que lo hay. Nadie discute que la red pública atiende a un mayor volumen de familias con menos renta que la red concertada. Pero la realidad es más compleja y se debe legislar atendiendo a esa complejidad, hilando fino… Me sorprende que el PSOE se haya dejado llevar por planteamientos demagógicos siempre empeñados en ofrecer soluciones simples a problemas complejos. Lo que ha hecho el Gobierno sería tanto como privar de ayudas a todas las familias de aquellas comunidades autónomas que superen la renta media del país.
Si no es admisible negar sesgo socioeconómico entre Pública y Concertada, tampoco lo es ignorar que hay centros públicos de estatus socioeconómico medio-alto y concertados que desempeñan una labor social encomiable. Tan rechazable es la demagogia de derechas como la de izquierdas.
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