Los alumnos cántabros llevarán mascarilla desde Primaria en un curso con ratios reducidas
El presidente Revilla se ha reunido con la Junta de Personal Docente y les ha pedido consenso para organizar la vuelta a las aulas.
Según el Ministerio de Educación el número de alumnos por profesor no podrá superar los 25 en Primaria y los 18 en Infantil, pero en Cantabria esas ratios serán más bajas, teniendo en cuenta que ya el curso pasado solo se alcanzaban los 25 estudiantes en el 7 por ciento de las aulas, y que los centros se reforzarán con más profesores mientras dure la pandemia.
La Consejería y la Junta de Personal Docente empiezan ahora a negociar ese «cupo Covid» desde posiciones distantes. Los sindicatos piden un mínimo de 450 profesores más para rebajar las ratios y la propuesta inicial de Educación es un incremento de 165 para «establecer grupos lo más reducidos posible». Así lo ha señalado la titular de Educación y Formación Profesional, Marina Lombó, quien ha explicado que el planteamiento es aumentar en 90 los docentes en Primaria y en 75 los de Secundaria, una medida que tiene un coste de 9 millones de euros.
La consejera ha presentado, en rueda de prensa, el protocolo general para organizar la actividad educativa en Cantabria el próximo curso, tras el informe favorable de la Dirección General de Salud Pública. Su objetivo es garantizar la docencia presencial, supeditada, eso sí, a la evolución de la pandemia y a las decisiones de los autoridades sanitarias.
El planteamiento es aumentar en 90 los docentes en Primaria y en 75 los de Secundaria, una medida que tiene un coste de 9 millones de euros
Educación presentará el documento a los representantes de la comunidad educativa para recoger sus aportaciones, cerrarlo esta semana y enviarlo la próxima a los centros educativos. El objetivo, ha dicho Lombó, es llegar al 7 septiembre «con todo preparado» para que la docencia presencial se haga «en un entorno seguro».
Cada uno de los más de 300 centros que hay en Cantabria tendrá el curso próximo un plan de contigencia con los tres escenarios posibles: docencia presencial para todos los niveles con medidas sanitarias, un segundo escenario intermedio que obligaría a una docencia mixta, y un tercero, que implicaría un nuevo cierre de centros y volver a la enseñanza no presencial.
Declaración responsable de las familias
La responsabilidad de todos será clave, según Lombó. Las familias deberán firmar una declaración responsable, que les remitirán los centros, en la que se comprometen a que sus hijos no irán a clase si presentan algún síntoma o sospecha de Covid y a comprobar todos los días su estado de salud. Además deberán notificar las causas de ausencia si están relacionadas con la situación epidemiológica.
El protocolo recomienda la creación de un Coordinador Covid para la gestión precoz de la eventual aparición de casos en un centro, responsabilidad que ejercerá un docente, encargado de la interlocución con la Consejería de Educación.
Las posibles incidencias se comunicarán al Servicio de Inspección, que ejercerá la coordinación central Covid de centros y será el interlocutor de la Dirección General de Salud Pública.