Asturias retrasa el inicio de curso 2020-21, que será semipresencial desde 3º de ESO
La realización de pruebas PCR a todos los profesores y trabajadores no docentes y la necesidad de conocer la evolución de la pandemia del coronavirus en las próximas semanas ha llevado a Asturias a retrasar más de una semana las fechas previstas para el inicio del curso escolar, que tendrá carácter semipresencial entre tercero de la ESO y el Bachillerato.
De esta forma, el curso se iniciará el día 22 para Infantil y Primaria en lugar del día 10, como estaba previsto, mientras que en Secundaria y Bachillerato será entre los días 28 y 29 –inicialmente, el 14– y en Formación Profesional arrancará el día 30, en lugar del 18, pero se mantendrán los 175 días lectivos.
Así, los alumnos de hasta segundo curso de la ESO tendrán clases presenciales diarias y estables de no más de 20 alumnos y, a partir de ahí, el resto de estudiantes acudirán al aula de forma rotatoria y en días alternos de manera que solo asista la mitad de los integrantes del curso mientras que el resto lo hará a través de medios telemáticos.
Estas medidas, que se aplicarán tanto en la enseñanza pública como en la concertada, obligarán a contratar a 860 profesores más, lo que supondrá «un esfuerzo económico muy importante», cuyo coste se cifra en 31 millones de euros, una cifra que supera la aportación anunciada por el Gobierno central destinada a la Educación para combatir la pandemia.
Las características del nuevo curso han sido aprobadas este viernes por el Consejo de Gobierno tras el acuerdo alcanzado entre el Ejecutivo central y las comunidades autónomas que contempla el uso obligatorio de mascarilla en los centros partir de los seis años, que las clases sean presenciales al menos hasta segundo de Secundaria, la garantía de la distancia interpersonal además de la higiene de manos y la ventilación de los espacios.
Los criterios a seguir en caso de que se detecten positivos en un centro serán lo que marquen las autoridades sanitarias, ha apuntado la consejera de Educación, Carmen Suárez, en una rueda de prensa en la que ha avanzado que a los alumnos que deban guardar cuarentena por esta causa se les facilitarán medios para seguir las clases de forma telemática.
Los grupos de oposición en el Parlamento asturiano cuestionaron la decisión del Gobierno asturiano de aplazar el inicio del curso escolar, una medida que consideran «improvisada» a escasos días del regreso a las aulas.
Para la diputada del PP Gloria García, esta medida refleja que el Gobierno «no ha hecho los deberes a tiempo» y que «vuelve llegar tarde» al anunciarlo poco antes de la fecha prevista del inicio del curso.
«La falta de planificación genera incertidumbre y perjudica a colegios y familias que viene sufriendo el caos hace meses. Es la misma improvisación de marzo pero en septiembre, y ya no hay disculpas», ha indicado la parlamentaria popular.
Para el diputado de Ciudadanos Luis Fanjul, este retraso es la «constatación de un fracaso» del Gobierno de Asturias y una prueba «de la improvisación y la dejadez» del Ejecutivo, que ha llegado al arranque del curso escolar sin la planificación adecuada ni resuelta la organización de recursos ni del propio profesorado.
A juicio de Podemos, es necesaria una mayor coordinación y dotación de personal de las áreas implicadas para conseguir una vuelta a las aulas «de la manera más segura».
Según la portavoz de IU, Ángela Vallina, en un situación de pandemia como la actual «lo importante no es tanto un retraso como que el inicio del curso se haga con todas las garantías» dado que «en ocasiones las prisas no son buenas y, por adelantar, al final se atrasa».
Para su hómologo de Foro, Adrián Pumares, la consejera de Educación, Carmen Suárez, «no puede continuar en su cargo ni un día más» después de que su única decisión en dos meses haya sido retrasar el comienzo de curso «que garantizaba hace pocas semanas», algo para lo que, a su juicio, «no hay justificación posible».
Según el portavoz de Vox, Ignacio Blanco, el retraso del curso escolar perjudica a miles de familias «y demuestra que no hay anticipación alguna en el Gobierno de Barbón, que debería cesar ya a la consejera».