¡Los niños y maestros se quedaron en casa!
¡Así ha sido! tanto alumnos, como maestros hemos estado cerca de tres meses en casa, no ha sido el guion de una película de ciencia ficción, ha sido lo que acabamos de vivir el último trimestre de este curso 2019-20. Soy maestra, doy clases de Inglés, y creo que hay que escribir sobre lo vivido, lo que hemos experimentado, sentido y aprendido, ¡que ha sido mucho!
Nos fuimos a casa un día de marzo y no se nos pasó por la cabeza que en este curso no volveríamos a nuestras aulas, a todos esos espacios, que configuran nuestro entorno cotidiano, en mi caso, al aula de Inglés,….¡qué impresión volver a finales de junio y encontrarnos los murales que hacían referencia a lo que estábamos haciendo en ese momento!, la sensación era como si se hubiera parado el tiempo, como si las cenizas de un volcán hubieran petrificado casi todo, pero el calendario seguía marcando el 23 de marzo…. Y era, ni más ni menos, que el 22 de junio.
Nos hemos ido conociendo en un contexto nuevo, el virtual, que nos ha permitido a todos sin excepción entrar, mostrar y compartir espacios
"Pero volvamos al 23 de marzo y a los días que lo siguieron, hasta el final de curso.
Había que afrontar la nueva realidad, primero elaborar planes de trabajo semanales, en los que se incluiría la lengua inglesa y segundo las clases no serían presenciales, pero habría clases, y estas serían virtuales.
En el caso de 1º de Primaria los grupos que se formaron para las clases online nos vinieron dados por los tutores, que habían agrupado cada clase en grupos más pequeños, aproximadamente de ocho niños. Hemos tenido una sesión presencial de media hora a la semana, con cada grupo, basándonos en lo planteado en el plan de trabajo.
El plan de trabajo ha consistido en desarrollar la programación del tercer trimestre, claro está, con alguna modificación y adaptación a la nueva situación. A lo largo de las semanas se fue consolidando y sistematizando una forma nueva de abordar nuestras clases.
Al principio la sensación era de nerviosismo, lo nuevo siempre genera un cierto temor y desconfianza, aunque no afecta de la misma manera, ni con la misma intensidad a todos, así nos hemos ido conociendo en un contexto nuevo, el virtual, que nos ha permitido a todos sin excepción entrar, mostrar y compartir espacios varios y sobre todo acceder a nuestras casas: salones, cocinas, pasillos, dormitorios y terrazas.
La nueva situación ha supuesto exponer tanto el espacio, como permitir la presencia de familiares que, aunque la mayoría de las veces estaban fuera de pantalla y no los veíamos, podíamos escucharlos o constatábamos su presencia, porque los alumnos en muchas ocasiones giraban su cabeza hacía ellos, a un lado u otro, buscando el apoyo adulto, apoyos que por primera vez han estado presentes en nuestras aulas.
Para las clases virtuales planifiqué las sesiones siguiendo un guion, con todos los pasos a tener en cuenta y así no perder de vista los objetivos planteados, para tener una base, un soporte, sobre el que luego nos resultaría más fácil introducir algún cambio sobre la marcha o alguna improvisación.
Recuerdo el primer día, preparé mi escritorio, tratando de no olvidarme de ningún detalle, por un lado, un reloj grande para no perder de vista la hora y la duración de la sesión, ya que a la media hora exacta tenía que despedirme de un grupo e iniciar la siguiente sesión con otro, así tres grupos seguidos, por otro lado la lista de clase, marcando con rotuladores de diferentes colores los tres grupos correspondientes, para no equivocarme y ser más ágil, luego las fotos de los niños para evitar cualquier error y lo más importante el guión, con los pasos a seguir.
Nos hemos encontrado con situaciones cotidianas similares a las vividas en el aula, en las que unos respetan las normas mejor que otros
"El primer día que tuvimos una clase virtual, a través de una videollamada, se establecieron algunas normas generales durante las sesiones, algunas eran las mismas que teníamos en las clases presenciales, como por ejemplo respetar la puntualidad o pedir permiso para ir al baño, al igual que en el aula, nos ofrecía la oportunidad de reforzar expresiones como:” “I’m sorry to be late” o “Can I go to the toilet, please?”, otras como “Sit down,properly”, “Stand up”, “Can you repeat ,please?”, “I don’t understand”, “Speak louder, please”, “Show me this or that, please”,“Raise your hand if you want to say something”. Otras eran totalmente nuevas como “Don’t close the camara”, “Open the camara”, “Don’t write in the chat box”, “Mute or Unmute the micro”.
Normas que había que seguir recordando cada cierto tiempo para que la sesiones, siempre utilizando la lengua inglesa, transcurrieran de forma dinámica y ágil. Nos hemos encontrado con situaciones cotidianas similares a las vividas en el aula, en las que unos respetan las normas mejor que otros, pero poco a poco y con un gran derroche de paciencia, hemos ido lidiando con las novedades que se presentaban, día a día, sobre todo con la cámara y el micro, tan fáciles de accionar para abrir o en su caso cerrar, que se prestaban fácilmente a la distracción.
Los alumnos tenían acceso cada semana a un plan de trabajo en el que se les indicaba lo que tenían que hacer y presentar en la sesión online. Las propuestas sugeridas han sido desde canciones que luego cantábamos y bailábamos en las sesiones correspondientes, cuentos y películas cortas sobre las que hacíamos preguntas de comprensión y videos sobre determinados sonidos fonéticos con su vocabulario relacionado, del que posteriormente tenían que elegir cuatros palabras y copiarlas en cuatro papeles con sus dibujos correspondientes.
A lo largo de las sesiones se desarrollaron temas relacionados con la primavera, fiestas como la de San Jordi y nos vinculamos a un proyecto interdisciplinar junto con el resto del equipo de maestros de primero en torno a un artista, Vincent Van Gogh. Nos acercamos a la obra de este pintor, desde la lengua inglesa, partiendo de algunos cuadros, como sus autorretratos y su habitación, lo que dio pie a realizar sus propios autorretratos y a enseñar diferentes objetos que se encontraban en sus dormitorios, además de realizar juegos de adivinanzas y de mimo.
Cada sesión de media hora se iniciaba con la misma rutina que teníamos en el aula presencial, a modo de saludo con dos canciones de acogida: Hello! y Good morning/afternoon to you!, con el objetivo de recrear de la mejor manera posible ese momento de aula con la que estaban familiarizados, en algunos momentos la cantábamos todos juntos, otros días la cantaban algunos por parejas o individualmente dirigiéndose a algún compañero de su grupo al mencionar su nombre.
Después se pasaba lista cantando una canción, que ya conocían, haciéndoles una pregunta a cada uno y luego individualmente contestaban: Where is…..? here I am.How are you this morning/afternoon? Fine, thank you.Después de varias sesiones se preguntaban entre ellos y también a la maestra.
A partir de ese momento se hacían diferentes preguntas cantadas relacionadas con el calendario, tal y como hacíamos de forma presencial: Looking at the calendar, What can you see, a paper that says: What season is it?,What month is it?,What day of the week is it? What’s the date? What’s the weather like today? Individualmente quien sabía la respuesta levantaba la mano y contestaba. En este caso finalizamos el curso consiguiendo que unos alumnos formularan las preguntas y otros contestaran dando las respuestas correspondientes.
Después continuábamos haciendo las preguntas de comprensión oral si se había visto un cuento o un corto animado y más tarde, leían y enseñaban las palabras que habían elegido, escritas y dibujadas en cuatro papeles. Hemos jugado a I spy with my little eye… con los sonidos fonéticos trabajados cada semana, para desarrollar la conciencia fonológica y así facilitar el proceso lector y contribuir a la correcta pronunciación de la lengua inglesa
Casi sin darnos cuenta llegaba el momento de la despedida y para ello cantábamos la canción:We are going, now good bye!
- Hemos contado con la ventaja de que el confinamiento ha transcurrido en el tercer trimestre, lo cual ha supuesto haber estado entrenados presencialmente con algunas rutinas.
- Las videollamadas han resultado ser un espacio para consolidar contenidos que habían sido presentados anteriormente en el aula presencial y en el plan de trabajo semanal durante el confinamiento. Es otro camino, otra opción, otra manera de hacer, un espacio nuevo para experimentar nuevas posibilidades.
- Cantar en pequeño grupo refuerza los vínculos como grupo y los alumnos estaban ya familiarizados con las melodías de varias canciones, lo cual facilitaba el proceso de aprendizaje de otras canciones, a las que solo había que cambiar el texto.
- Partíamos de algunas dinámicas a las que ya estaban acostumbrados, como la de utilizar la lengua inglesa por parte de la maestra, lo cual ha contribuido a superar la barrera de la pantalla.
- La expresión corporal gestual y sobre todo facial, por parte de la maestra, ha resultado de vital importancia, para captar la atención de los alumnos de forma efectiva y prolongada. Resaltamos la necesidad de transmitir energía y vitalidad, con la ayuda de la voz, ya que invita a la conexión y a interactuar con nuestros interlocutores, los alumnos.
- La expresión corporal y facial de los alumnos, su postura, su contacto visual, el tono de voz, sus silencios nos han transmitido y comunicado, nos ha aportado bastante información y sobre todo de sus estados de ánimo.
Hemos dispuesto de un contexto situacional muy diferente, no estábamos en el aula todos juntos. Cada uno desde su casa ha abierto una ventana, por la que podía asomarse y mirar, y a la vez ser mirado, hemos transformado el aula y entre todos hemos contribuido a la creación de un escenario diferente ,en un espacio nuevo que con pantallas, nos ha permitido estar presentes, vernos, escucharnos, sentirnos, compartir, ¡hemos estado conectados!
Tanto maestros como alumnos, nos hemos acercado porque hemos acercado nuestros entornos y nos hemos descubierto de otra manera. Estas vivencias permanecerán en nuestros recuerdos y la experiencia tendrá un sitio en nuestros corazones porque ha sido intensamente vivida, ¡lo que se vive de verdad no se olvida!
Creo que afirmar que los alumnos han aprendido y los maestros han enseñado desde casa, no sería una afirmación del todo correcta, ya que de alguna manera se han entremezclado los papeles y la relación ha sido intensa, porque se han movilizado emociones. Una vez más el proceso de aprender, enseñar, acompañar requiere mucho amor. El niño necesita ser amado, pero no nos olvidemos de los educadores, amados en su entorno escolar, por compañeros, por las familias y los niños.
En resumidas cuentas, llegamos a la siguiente conclusión que ¡educar es trabajar en equipo!
Ana Leeds, maestra de Inglés de Escola Betània-Patmos (Barcelona)
Pasión por tu trabajo, pasión por los alumnos, pasión por las personas, búsqueda de la máxima calidad… ¡Y con amor! ¡Me ha encantado! ¡Enhorabuena y muchas gracias, querida Ana!