Positivos por Covid-19 en campamentos escolares: ¿otra señal de alerta más?
Campamento urbano organizado por la Asociación Barró en Madrid, la semana pasada. COMUNIDAD DE MADRID
Un verano educativo. Fue una de las primeras propuestas que sucedió al cierre de centros por parte de los colectivos preocupados por los derechos de la infancia. Algunas comunidades, como Andalucía o Baleares, procuraron ampliar este año sus programas de refuerzo educativo estival.
Al tiempo, desde el Colectivo Nacional de Campamentos se recordaba que 4 millones de niños disfrutaban cada año de sus campamentos de verano y que, a 15 días para iniciar la temporada, todavía no contaban con un protocolo de actuación. Aseguraban que el 40% de las empresas organizadoras de campamentos no abrirían sus puertas y que, de ellas, el 60% estaban abocadas al cierre, lo que equivalía a 110.000 puestos de trabajo.
Tres meses después, algunos campamentos sí han abierto sus puertas, e incluso se han aumentado las plazas en los campamentos urbanos de ciudades como Madrid. También se han elaborado protocolos y guías y se ha formado a los monitores, con cursos como el de la Comunidad de Madrid de Medidas preventivas e higiénico sanitaras para la organización de actividades de ocio y tiempo libre educativo en el contexto de Covid-19.
La semana pasada, la Comunidad de Madrid cifraba en 50.000 las mascarillas y 2.000 los litros de gel hidroalcohólico repartido entre 106 asociaciones sin ánimo de lucro que organizan actividades de ocio y tiempo libre en los meses de julio, agosto y septiembre en las que participan cerca de 17.000 jóvenes, todo ello con el objetivo de prevenir el Covid-19 en campamentos, acampadas, escuelas de verano y talleres.
Y, sin embargo, no se han podido evitar los positivos por Covid-19 en la comunidad. En concreto, dos hoy (en un campamento urbano de un colegio concertado en Madrid y en otro campamento en San Sebastián de los Reyes), otro hace 15 días… Cada positivo que se detecta obliga a realizar la PCR y poner en cuarentena durante 14 días a todos los demás niños así como los monitores que hayan estado en contacto.
Madrid no ha sido la única. Ha habido positivos por Covid-19 en campamentos de Zaragoza, Egüés (Navarra), Gilet (Valencia), Sant Josep (Ibiza), Granada, Soria, Bilbao…
Esto preocupa a los docentes, porque los campamentos suelen realizarse al aire libre o en espacios ventilados, mucho más ventilados desde luego que un aula, aunque estas según el protocolo se deban ventilar cada hora. Así lo expone la Federación de Enseñanza de CCOO en Aragón: «La Secretaría General Técnica nos informa de que ha habido casos de Covid-19 en cuatro centros de Abierto en Vacaciones [el programa estival del Departamento de Educación]. Se nos informa de que la gestión ha sido correcta y se ha aislado satisfactoriamente al grupo de convivencia estable. Algo que desde CCOO creemos que será mucho más complejo de gestionar en un aula ordinaria con las ratios y personal actual».
En la misma idea insistió el sindicato CCOO en Cataluña cuando el conseller Josep Bargalló, al presentar el protocolo de gestión de casos de Covid-19 en la escuela, aludió a la «experiencia positiva» de los casales de verano (algo que también hizo hace unos días Javier Imbroda para defender el plan andaluz). CCOO le recordó al conseller que ha habido muchos problemas, incluso tratándose de grupos estables más reducidos que una clase, y lamentó que no se repiensen las medidas para el curso 2020-21, que como novedad incorporan la recomendación de la mascarilla para el alumnado desde 10 años también cuando está con su grupo estable.
Según el sindicato, la única opción para que las escuelas abran de forma segura es reducir los grupos de alumnos, incrementar las plantillas, habilitar espacios alternativos, usar equipos de protección individual, aumentar el presupuesto para limpieza y desinfección, incorporar personal de enfermería en cada centro y que el Servicio de Prevención acompañe en la elaboración y seguimiento de los planes de actuación de cada centro.
En toda España los positivos se han dado tanto en campamentos de gestión privada, como el de Gilet, como de colegios concertados (el último caso de Madrid) y en centros públicos, como es el caso de Aragón.
Esta situación preocupa también a los padres, algunos de los cuales, los que han podido, han preferido que sus hijos se queden en casa. De ello han tomado buena nota empresas de gestión de proyectos educativos, sociales y culturales como Acaya, que se ha aliado con Microsoft para ofrecer a esas familias con miedo al coronavirus en los campamentos de verano tradicionales un campamento online, Aventura desde Casa, con actividades de ingenio, inteligencia, expresión corporal y artística guiadas por monitores conectados en streaming mientras sus padres teletrabajan.