Acabar con la precariedad
Castells y consejeros de Educación tienen ustedes la obligación de acabar con la inestabilidad y precariedad de los profesores interinos en las universidades públicas españolas. Más de un tercio de las plantillas de docentes e investigadores en España viven esa realidad desde hace cuatro décadas. Ahora se abre una nueva oportunidad para acabar con esa dualidad del mercado profesional en el mundo universitario, una opción que viene motivada por dos circunstancias correlacionadas: una, la pandemia del Covid-19. Dos, la posibilidad de financiar esa inversión con las partidas presupuestarias que desde la Unión Europea se van a habilitar desde este otoño y durante los próximos años.
Con la particularidad de que estamos en un momento óptimo para reducir la ratio de número de estudiantes por clase, y pasar de una media de 60 jóvenes a clases de 30 alumnos, lo cual como está demostrado desde hace un siglo mejora tanto el proceso de enseñanza como el de aprendizaje.
Unas inversiones que en todas las etapas de la Educación son decisivas tanto en la hoja de ruta de los acuerdos alcanzados el pasado mes de julio en Bruselas, como resulta ser un pilar decisivo para la prosperidad presente y futura de cualquier país.
Ustedes, los políticos, igual de partidos viejos que nuevos, que se pasan horas y horas denunciando la precariedad laboral en cualquier sector económico en el ámbito de las empresas privadas, con sus actos llevan varias décadas demostrando que no aplican ni ejecutan en lo público las medidas que reclaman a otros sectores.
Si no invierten de forma notable ahora que tienen las vías de financiación abiertas ¿cuándo y cómo lo van a hacer?
En los acuerdos rubricados por los presidentes de gobierno de la UE, por la presidenta de la Comisión y el presidente del Consejo Europeo, se pone el énfasis en que tanto las subvenciones que se entreguen a fondo perdido como en los préstamos que se realicen a bajo interés, se financien siempre que se justifiquen a través de proyectos necesarios y bien fundamentados. ¿No es la educación en todos sus niveles y en especial la universitaria circunstancia y proyecto de Estado determinante para justificar su justa financiación?
Es obvio que sí, mas ya es hora de que se pase de las palabras huecas y los gestos para la galería, a una acción resolutiva y sin fisuras que acabe con la infrafinanciación de las universidades y de sus cuerpos de docentes e investigadores.
Ustedes, señorías, que lanzan huecas campañas de marketing hablando del I+D+i tienen ante sí la oportunidad histórica ahora de financiarla. ¿Lo van a hacer o van a mirar para otro lado? ¿Van a resolver esta deuda que tienen pendiente con la sociedad?
Y como la universidad como cualquier otra institución pública y privada es un ser vivo, no solamente han de centrar su atención y sus decisiones en este tercio del cuerpo interino de profesores, también han de hacerlo en las nuevas generaciones de estudiantes y que sienten interés y vocación por seguir su trayectoria profesional ligada a la universidad. Resulta patético que se ofrezcan de beca solo 2.000 € totales a los jóvenes discentes que cursan su último año de Grado a cambio de trabajar en el Departamento que les acoja 3 horas diarias, 15 horas semanales, 60 mensuales. Con la particularidad además de que no se les reconoce ningún vínculo laboral entre universidad y becado. Una forma evidente de encubrir, por un lado, el no pagar la cuota correspondiente a la Seguridad Social por ese puesto de trabajo que se está ocupando. Y, por otro, obstaculizar el desarrollo de un itinerario profesional para quienes elijan esa opción.
Las circunstancias están ahí, ahora existe la vía de superarlas y financiarlas. Señorías la pelota está en su tejado.