Adolescentes con dificultades de aprendizaje tienen más riesgo de suicidio
Esta es una de las conclusiones del estudio, en el que han participado más de 1.500 adolescentes y que es uno de los primeros a nivel mundial en relacionar estos aspectos en la población adolescente, ha indicado este martes la UR en una nota, en la que añade que esta investigación también ha permitido identificar marcadores cognitivos que pueden ayudar a la prevención el suicidio en este colectivo.
Las funciones cognitivas son los procesos mentales que permiten percibir, recordar, aprender, resolver problemas, planificar, decidir y otras tareas imprescindibles para interaccionar con el entorno; conforman la capacidad de pensar e incluyen desde la memoria y el razonamiento hasta el lenguaje y las habilidades sociales, ha detallado.
Los investigadores han analizado diferentes variables psicológicas relacionadas con el bienestar y la salud mental y han aplicado una batería neuropsicológica –serie de test y otras pruebas–, en colaboración con diversos centros escolares.
«Los resultados muestran que existe una correlación entre diferentes dificultades neurocognitivas y el riesgo de conducta suicida», ha afirmado el investigador y profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación de la UR, Javier Ortuño. El profesor ha añadido que «los adolescentes con riesgo alto de suicidio mostraron unas puntuaciones menores en pruebas de funcionamiento ejecutivo, como la cognición compleja, la memoria episódica y la cognición social».
"Los resultados muestran que existe una correlación entre diferentes dificultades neurocognitivas y el riesgo de conducta suicida", ha afirmado el investigador y profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación de la UR, Javier Ortuño
Los procesos cognitivos complejos permiten a las personas integrar la información que perciben; mientras que la memoria episódica se relaciona con la capacidad de recordar acontecimientos y experiencias personales pasadas. Por su parte, la cognición social posibilita, por ejemplo, entender las emociones de los demás a través de las pistas que da su comportamiento social.
«Aquellos adolescentes con dificultades en funciones ejecutivas como las mencionadas pueden tener más riesgo de presentar conducta suicida», según Ortuño, para quien, de manera inversa, «aquellos con dificultades psicológicas, como en este caso el riesgo de suicidio, presentan más problemas neurocognitivos que potencialmente afectan a otras áreas, como el ajuste y rendimiento escolar». Para él, «es probable también que si se tiene un peor ajuste académico, pueda aumentar el riesgo de conducta suicida, creándose una especie de círculo vicioso».
La investigación ha permitido identificar nuevos indicadores que alertan sobre el riesgo de suicidio, por lo que puede facilitar establecer intervenciones preventivas tempranas en una etapa de especial relevancia como es la adolescencia, ha añadido.
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