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El beneficio del salario emocional docente en pandemia

Trabajar en educación no debería ser una obligación sino una satisfacción diaria, fortaleciendo la profesión docente. Sin dudas este debe ser uno de los desafíos más importantes.
Daniela Leiva Seisdedos
Profesora de Historia y directora de la Revista El Arcón de Clio
2 de septiembre de 2020
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© Zenzen

Si decimos salario enseguida lo asociamos con dinero, le damos un valor y un concepto económico pero hoy solo no pensamos en esto, hoy hay también Educación emocional, sé muy bien que no comemos con emociones pero las buenas emociones nos ayudan a tener la mente sana, en momentos de pandemia de encierro es muy necesario tener un cerebro y un corazón sano.

Es vital que una persona se sienta a gusto en su trabajo, todos muchas veces hemos trabajado en algo que no nos gustaba, y a ese trabajo lo veíamos como una carga. El salario emocional es parte de los elementos que puede recibir el trabajador más allá del sueldo.

La docencia no es valorada por muchos aclarando que la mayoría de los docentes hacemos nuestro trabajo porque nos gusta, por es un trabajo que cambiará al mundo y más en esta pandemia. Con la educación generamos y pensamos que la humanidad tiene que cambiar ahora y siempre.

En la actualidad, la escuela en nuestro país experimenta conflictos y violencia verbal que afectan su imagen frente a la sociedad y repercuten en la salud e integridad física de la comunidad educativa, afectando el desempeño de los docentes y  los aprendizajes de los estudiantes, no son tiempos fáciles.

Hoy los docentes transitamos entre el contrato emocional, salario emocional y la inclusión educativa en esta pandemia, esto sin dudas lo hacemos siempre. No hay nada más triste que el menosprecio por el trabajo decente. No es una situación menor que los docentes nos sintamos contentos y motivados para ser más productivos nuestro trabajo, que nos lo hagan sentir.

Los docentes, entre sus funciones diarias, tenemos el reto de formar a personas integradas a la sociedad, con herramientas sociales y emocionales que les permitan a los alumnos afrontar los desafíos de la vida, esas herramientas tienen que ser herramientas de esperanzas, no de castigo y sumisión.

Hoy los docentes transitamos entre el contrato emocional, salario emocional y la inclusión educativa en esta pandemia, esto sin dudas lo hacemos siempre

El salario emocional se refiere a todas aquellas retribuciones no económicas que necesitamos los docentes y todos los trabajadores cuyo objetivo principal es incentivar de forma positiva los logros para mejorar mejor la calidad de vida personal de los trabajadores y fomentar un buen clima tanto en la escuela como en la organización toda.

El salario hoy no debe ser la única retribución importante para los “empleados docentes” ínsito sé que no comemos emociones, que no pagamos los impuestos con emociones. Pocas cosas destruyen tanto el salario emocional como la sensación de que, con el propio trabajo que realizamos, estamos traicionando o atacando los valores que uno persi­gue, que es una educación equitativa para todos.

En nuestro país, Argentina, tenemos una sociedad que hace elogio de la Educación en general pero ejerce desprecio por los educadores, es raro. Así, los docentes vemos cada día cuestionada nuestra capacidad para tomar decisiones pedagógicas.

Estamos en la era de la tecnología pero la enseñanza es una actividad humana y los docentes no somos robots. En la teleescuela de hoy se vive con estrés y la presión por llegar a un objetivo estadístico, que comúnmente se caracteriza por una sensación de no poder hacer frente a una situación avasalladora y amenazante que recibimos los docentes, pareciera que las personas somos un número en varias estadísticas que pululan por los ministerios educativos convirtiéndose esto en políticas de gobierno de turno y no en políticas de Estado.

Los docentes en Argentina y en el mundo siempre vamos más allá de lo económico, es una actividad generosa por lo tanto el salario emocional es cada vez más importante, él es la base de la calidad educativa.

Los docentes no queremos solo beneficios económicos no siempre reclamamos esto queremos acciones que reconozcan lo que hacemos y más en estos tiempos.

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