Recuperando el control
En la actualidad, la vida de todas las personas del planeta esta marcada por la incertidumbre. Para los docentes, no es diferente. Los equipos directivos se afanan estos días por recibir a los nuevos docentes, entender los diversos protocolos y tranquilizar a las familias, mientras organizan el nuevo curso escolar. No está siendo fácil.
Con el fin de detener todos los procesos mentales negativos que pudieran estar ocupando las mentes de los docentes, mi propuesta es que desplacemos nuestra atención, desde la situación exterior hacia nuestro interior. Encontrar nuestro centro de equilibrio, nuestra homeostasis y recuperar el control de nuestros procesos mentales, es de vital importancia, pues obviamente, intentar controlar todos los aspectos de la realidad que estamos viviendo no solo es una tarea inútil, sino que, además de crear malestar, nos aleja de la paz mental.
Si seguimos moviéndonos, reaccionando a los acontecimientos o persiguiendo impulsos todo el tiempo, acabaremos funcionando como marionetas. Como marionetas, permitimos que otros muevan nuestros hilos y bailamos al son que nos marcan. Es posible que a nuestro centro lleguen protocolos contradictorios, algún colega nos haga observaciones ambiguas, una familia nos exija respuestas, o tal vez escuchemos, casualmente, comentarios hirientes de un extraño. Cuando esto ocurre, lo más normal es que empecemos a dar vueltas al asunto hasta disgustarnos, perder los nervios o sufrir una crisis de ansiedad. Y todo ello, por cosas que están fuera de nuestro control. Si respondemos así, estamos permitiendo que otros pulsen nuestros botones. Aún peor, no solo otras personas, sino también permitimos que el tiempo, los medios de comunicación o las noticias sobre la pandemia del Covid-19, muevan nuestros hilos.
Debemos parar esta locura y recordar que tenemos la herramienta perfecta para devolvernos el bienestar: nuestra mente. La mente es exclusivamente nuestra. Nada más nos pertenece con tanta claridad. Ni nuestro cuerpo, nuestras posesiones, nuestros amigos, nuestro trabajo… nada de ello es nuestro, en realidad. Solo somos dueños de nuestra mente. Y, sin embargo, a menudo, lo olvidamos o no somos conscientes de ello. Para nuestro bienestar, es importante saber que, solo nosotros podemos decidir el significado que damos a los acontecimientos. No tenemos porqué sentirnos sacudidos y zarandeados por lo que ocurre alrededor nuestro. Podemos permanecer en calma, si así nos lo proponemos, sin resultar dañados ni irritados por ello.
En lugar de dejarnos zarandear por decisiones incontrolables de nuestro entorno, podemos aumentar nuestra conciencia del momento presente y guiarnos por valores profundos
Estamos en un momento propicio para cortar los hilos que manejan nuestra mente. Recuperar lo que nos pertenece. No prestemos atención a lo que está fuera de nuestro control. Marco Aurelio, decía: Otros podrán impedir nuestras acciones, pero no pueden impedir nuestras intenciones ni nuestras actitudes. Nuestra mente es flexible, se adapta. Si las cosas parece que se vuelven contra nosotros, podemos adaptarnos y ver en ello una oportunidad para crecer. Podemos convertir obstáculos en oportunidades, siempre que nos paremos a analizar la situación y no nos dejemos llevar por impulsos o ira descontrolada.
En lugar de dejarnos zarandear por las decisiones incontrolables de las instituciones educativas de nuestro entorno, podemos aumentar nuestra conciencia del momento presente y guiarnos por valores profundos. Ocurra lo que ocurra, podremos sentirnos bien si nos aferramos a valores de calma, paciencia, amabilidad y autodisciplina. Solo estos valores profundos unidos a la conciencia del momento presente, evitará que seamos marionetas. Y actuarán de escudo para nosotros, frente a la desilusión, el miedo y la frustración.
Esta manera de responder ante los retos de la vida, no os voy a engañar, no sale sola, sino que requiere un profundo trabajo personal de autocontrol y crecimiento personal. Pero, si aspiramos a sobrevivir esta vuelta al cole 2020, fluir con la vida y elevarnos por encima de las dificultades, tenemos que ser dueños de nosotros mismos, en lugar de mecernos al vaivén de los acontecimientos. Desde el estoicismo, hay cuatro fortalezas que te sirven para superar las dificultades y aumentar la resiliencia. Estas son: sabiduría y conocimiento, coraje, autocontrol y sentido de la justicia. Si las desarrollas y aplicas en el día a día, te darás cuenta de que la vida pesa menos y que te sientes cada vez mejor.
Por ello, docentes, ante el nuevo curso, proteged vuestra paz mental. Una de las primeras cosas que hay que hacer, según nos recuerda el propio Marco Aurelio, es no alterarse, sino mantener la calma. Una vez tienes el control sobre ti mismo, considera la tarea en cuestión por lo que es, manteniendo tus valores en mente. Después, lleva a cabo la acción apropiada con amabilidad, modestia y sinceridad.
Toma nota: primero, no te enfades ni alteres; segundo, haz lo correcto, apoyándote en tus valores y fortalezas. Eso es todo. Si traemos la conciencia a la situación, evitamos las prisas y estamos en calma, dejaremos de sentirnos manipulados y utilizados. Así, recuperaremos el control de nuestra vida.