Hacia un nuevo concepto de evaluación más atractiva y personalizada
Muchas veces, desde el sector educativo, se hace referencia a los nuevos roles que debe adquirir un profesor en el siglo XXI y que van más allá de las funciones tradicionales centradas en la transmisión y la evaluación de aprendizajes. Enseguida pensamos en la influencia que ejercen las tecnologías, las metodologías innovadoras, los compromisos sociales y medioambientales o las nuevas formas de evaluar en la construcción de esos roles.
Sobre estas cuestiones trata el documento Aprender y Educar en la Era Digital: Marcos de Referencia, elaborado por el investigador Fernando Trujillo y su equipo de Conecta13, miembros del grupo CAAS (Conocimiento Abierto para la Acción Social) de la Universidad de Granada y otros expertos de diversas universidades, en colaboración con el equipo de ProFuturo.
Fruto de ese trabajo se ha diseñado el Marco Global de la Competencia Educadora en la Era Digital, que representa una visión holística de la competencia docente y digital que puede ser aplicada y ajustada a distintos contextos sociales.
Esos nuevos roles del docente de la era digital suponen también un cambio en las estrategias de evaluación desde las más tradicionales –pruebas escritas en diferentes formatos– hasta “prácticas más centradas en el estudiante, auténticas, integradas y significativas, que permitan valorar el conocimiento y también las destrezas y competencias desarrolladas tanto en escenarios formales como informales”, según describe el documento.
Tan importante como contar con una variedad de mecanismos de evaluación, es que el educador sea capaz de proporcionar un retorno (feedback) adecuado en tiempo real
"Los autores del informe reconocen que “tan importante como contar con una variedad de mecanismos de evaluación, es que el educador sea capaz de proporcionar un retorno (feedback) adecuado en tiempo real o lo más cerca posible de la participación en la evaluación”. Para ello, proponen distintas estrategias como herramientas tecnológicas o la utilización de mecanismos para la autoevaluación y la coevaluación.
Para ello, el profesor tiene que identificar conceptos clave y procesos fundamentales en relación con el contenido o la materia y valorar su aplicación a problemas reales cercanos al alumno. Y también tiene que utilizar estrategias de evaluación que contemplen no solo el dominio de los contenidos, sino la profundidad de la comprensión.
Para desarrollar procesos de evaluación que permitan fortalecer los distintos diseños de experiencias educativas y sirvan efectivamente para mejorar el aprendizaje, el informe recomienda al profesor “documentar adecuadamente el proceso de aprendizaje, haciendo al estudiante corresponsable de esta tarea”.
También lo anima a “promover la reflexión del estudiante en relación con su propio proceso de aprendizaje y los logros obtenidos”. Por último, le sugiere “comunicar de manera conveniente a los estudiantes, las familias y los responsables educativos los resultados del proceso de enseñanza y aprendizaje”.
En esta era digital también es fundamental el tratamiento seguro y protegido de los datos de los alumnos en todas las fases de la evaluación –recogida de datos, almacenamiento, tratamiento, análisis y elaboración de informes–. Por eso el documento advierte al profesor sobre la necesidad de hacer un uso ético de los datos para una comunicación efectiva con los estudiantes, las familias y los responsables educativos. La relación con estos últimos puede además desembocar en posibles cambios, actualizaciones, mejoras y adaptaciones necesarias en los currículos oficiales.
De otra parte, con los alumnos supone una oportunidad de fomentar su autonomía y conciencia del propio progreso, de sus propias necesidades de mejora, así como de sus puntos fuertes y su talento.
El docente cuenta con la tecnología como aliada para desarrollar procesos de evaluación formativa y sumativa de calidad
Para todo ello, el docente cuenta con la tecnología como aliada para desarrollar procesos de evaluación formativa y sumativa de calidad. De hecho, en la actualidad dispone de una gran variedad de herramientas de evaluación, que generan datos que pueden ser devueltos eficazmente al profesor en tiempo real.
La tecnología también permite al profesor difundir las nuevas experiencias evaluadoras a otros compañeros docentes y a otros entornos, así como recibir aportaciones para incorporarlas a su conocimiento común. Para los autores del documento Aprender y Educar en la Era Digital: Marcos de Referencia, “esta era digital requiere que las instituciones educativas sean organizaciones que aprendan a través de la colaboración de todos los agentes, pero muy especialmente a través del aprendizaje y el trabajo colaborativo de sus profesores”.