Innovación digital con sentido
A lo largo de esta semana más de 20.000 directores y responsables TIC de centros de España y Latinoamérica están participando en VIMET, la primera feria virtual internacional sobre Educación y tecnología. A lo largo de cuatro jornadas, medio centenar de compañías tech, fundaciones y centros innovadores presentarán sus soluciones y buenas prácticas sobre cómo la tecnología puede contribuir a mejorar el proceso enseñanza-aprendizaje. Se está hablando de entornos virtuales de aprendizaje, plataformas LMS, contenidos digitales, metodologías activas, competencias digitales del profesorado, apps educativas, acceso moderado y seguro a la web, dispositivos, etc. Todo maravilloso, sorprendente, ilusionante y prometedor siempre y cuando no perdamos de vista para qué estamos aquí.
Porque en medio de este tsunami digital corremos el riesgo de perder el norte, olvidar el sentido de nuestra tarea, cuál es el propósito de nuestra vocación como educadores. Es lo que se ha dado en llamar innovación con sentido. En VIMET o encuentros similares se están presentando herramientas y metodologías a cuál más sorprendentes pero que no dejan de ser medios, instrumentos. El docente, ante toda propuesta innovadora, nunca debería dejarse engatusar, al contrario, siempre debería hacerse dos preguntas, no por obvias, menos necesarias. La primera: ¿Esto ayudará a que mis alumnos aprendan más?
En medio de este tsunami digital corremos el riesgo de perder el norte, olvidar el sentido de nuestra tarea, cuál es el propósito de nuestra vocación como educadores
La segunda: ¿Reforzará la Educación de mis alumnos desde un punto de vista holístico? Porque a la hora de incorporar metodologías basadas en un uso intensivo de la tecnología no solo habrán de tenerse en cuenta las mejoras –si las hubiera– en el proceso enseñanza-aprendizaje. No solo somos enseñantes, somos educadores. Por tanto, deberemos valorar el impacto de estas metodologías en la formación integral del alumno. Habríamos hecho un pésimo negocio de haber cultivado la faceta intelectual del alumno y al tiempo haber descuidado su desarrollo humano y espiritual.
Por ejemplo, y sé que me repito pero no me importa, sorprende la imprudencia con la que el mundo adulto está promocionando en esta pandemia el uso intensivo de dispositivos sin que esta estrategia vaya acompañada de un plan de formación en su uso responsable y moderado. Me permito recomendar el webinario VIMET “La salud digital del alumnado”, de Guillermo Cánovas, director del programa “Salud digital y promoción de la convivencia en el entorno escolar” de Aula Siena. Si te la perdiste, puedes disfrutarla en diferido en www.VIMETexpo.com.