Aprendizaje híbrido, ¿una solución temporal o permanente?
Sin poder evitarlo, debemos atender a dos canales de comunicación, nuestros alumnos en presencial y nuestros alumnos en videoconferencia. © TIQUITACA
El aprendizaje híbrido se puede entender como un desarrollo natural de la creciente accesibilidad del aprendizaje online, de los recursos en línea y la necesidad continua de un componente humano en la experiencia de aprendizaje. Pero actualmente, en nuestro sistema educativo, lejos estamos de esta definición debido a que el nacimiento de este aprendizaje no es consecuencia de una evolución, sino de una necesidad educativa provocada por el escenario sanitario de una pandemia.
Para plasmar la eficiencia del aprendizaje híbrido en la Educación actual no debemos entenderlo como la unión de los anteriores escenarios, presencial y online, sino como un nuevo escenario que implica más recursos, más competencia e incluso cambios metodológicos y de adaptación en el contenido educativo.
No intentemos tomar simplemente el modelo tradicional y tratar de encajarlo en el marco de aprendizaje online o híbrido
"Podemos encontrarnos muchas opiniones fundadas, donde nos hablan de las ventajas que tenía el aprendizaje online en su momento y que ahora nos muestra el aprendizaje híbrido, ventajas como el “más es más”. Con un aprendizaje híbrido, se pueden gestionar grupos más grandes, donde se incluye la enseñanza en clases tradicionales y por el otro incluye proporcionar a los estudiantes materiales de aprendizaje y tareas en línea. También podemos hablar de la reducción de costes en este tipo de escenario, donde se requiere menos aulas, menos profesores y no dedicar tiempo a desplazarse.
Pero nuevamente volvemos a caer en la visión más superficial y alejada de la realidad en las aulas actuales. Sin ninguna duda el aprendizaje híbrido o el escenario mixto es la situación más complicada a la que se enfrenta un docente en el aula, gestionar estos dos escenarios es sinónimo de alta competencia y seguridad digital. Mantener el ritmo de aula con alumnos en diferentes escenarios implica una destreza superior a la que ya se haya podido adquirir con la adaptación en el aprendizaje online.
Sin poder evitarlo debemos atender a dos canales de comunicación, nuestros alumnos en presencial y nuestros alumnos en videoconferencia, y también a dos maneras de interactuar ya que a la comodidad de la cercanía presencial debemos añadir la dependencia de tecnología para mantener ese nivel de interacción y retroalimentación con nuestros alumnos que están en sus casas.
Otra “quimera” que debemos resaltar es la reducción de costes, nuevamente observado desde una perspectiva alejada. Las aulas siguen siendo las mismas en nuestros colegios, incluso aumentándose en algunos casos debido a la ratio que implican las condiciones de la pandemia, pero en ningún momento este aprendizaje híbrido puede acercarse a que dependamos de menos docentes, ya que como explicamos anteriormente el índice de dificultad en el aprendizaje y enseñanza en un aula así, es mucho mayor. Además, debemos conocer que los alumnos no eligen un escenario u otro y además estos no se mantienen fijos, sino que los alumnos rotan debido en gran parte a condiciones externas.
Alumnos pasados de un escenario presencial a otro online en menos de dos días, implica cambios de ritmo en su aprendizaje, acentuados aún más cuando ese cambio de escenario lo hace un alumno en particular o grupos reducidos de esa aula.
A nivel técnico preparar un aula para un aprendizaje combinado con garantías implica una inversión económica importante, donde crear una buena integración a nivel de audio e imagen de los alumnos que están online con los presenciales, se vuelve altamente complicado.
Si bien el aprendizaje híbrido se encuentra en gran parte en la etapa de discusión, con algunas escuelas que ya lo están llevando a cabo, hay oportunidades abiertas para que este aprendizaje se implemente de manera más general, como parte de la reforma educativa durante la pandemia, y quién sabe si durante más tiempo.
El implementar un aprendizaje híbrido de forma temporal o como solución a una situación atípica, puede aumentar la capacidad de los profesores para llevar a cabo un aprendizaje con mayor inclusión, especialmente en términos de uso de la tecnología. Un enfoque que también puede ayudar a satisfacer las necesidades individuales del alumno; la mayoría de los estudiantes tienen estilos de aprendizaje únicos y es más probable que un enfoque combinado satisfaga esas necesidades que una experiencia de enseñanza más tradicional en el aula.
Pero es una fórmula que únicamente nos puede servir con alumnos que tienen una alta madurez digital, al igual que en el escenario online los alumnos más pequeños son los más perjudicados teniendo la dependencia de un adulto para mantener ese aprendizaje a distancia y padeciendo cierta falta de cercanía en el aula cuando su profesor atiende a diferentes canales de comunicación e interacción.
Nos guste o no, en el nuevo camino educativo los profesores se ven obligados a ser creativos al utilizar la tecnología. Deben de elegir qué tecnología se adapta a la actividad de aprendizaje, aprender a usarla y luego evaluar cómo la usarán para ver su idoneidad en el entorno de aprendizaje. Si a esta situación le añadimos la gran carga cognitiva que sopesa el docente debido al doble escenario, difícilmente se podrá conseguir generar un aprendizaje de calidad.
Como conclusión podemos ver que la pandemia ha exacerbado una crisis de aprendizaje, que se traduce en una pérdida de oportunidades y un aumento de las preocupaciones sobre el acceso y aprendizaje deficiente. Pero el buscar diferentes tipos de escenarios para mitigar el acceso a este aprendizaje no deja de ser una solución temporal, que si además no cuenta con el apoyo de la comunidad educativa y con una planificada integración, estos aprendizajes híbridos pueden agrandar aún más la llamada brecha digital dentro de nuestro sistema educativo y social.
Jorge Calvo Martín. Asesor y profesor EdTech e ICT Head del Colegio Europeo de Madrid