Las que dan a luz son las que deciden

El rodillo progresista gubernamental sigue aprobando normas y preparando leyes en pleno estado de alarma, sin querer contar con la opinión de las asociaciones profesionales y, en el caso de la Lomloe, dejando a un lado el parecer de la comunidad educativa.

Al igual que haría un niño caprichoso, que justifica todas sus malas acciones y convierte en derechos todos sus antojos, este Gobierno es capaz de argumentar lo mismo y lo contrario en según qué casos y calibrando si una acción se amolda o no a su ideología de los deseos. Y así, para sentenciar que la decisión de abortar la tienen las mujeres gestantes, se sacaron de su manga progresista el eslogan de “nosotras parimos, nosotras decidimos”; aunque más bien tendrían que proclamar que “nosotras podríamos haber parido, pero nosotras decidimos no hacerlo”.

Pues resulta que ese terrible argumento sólo sirve para justificar la muerte de un ser humano y no para otorgar el derecho a las madres a la hora de decidir dónde y cómo ha de ser la escolarización de los hijos que, éstas sí, han llegado a parir. Y es que la Lomloe prevé la expansión de la educación pública y la reducción progresiva de los conciertos educativos de los centros privados. Tanto es así que, dejando a un lado la decisión de las familias y despreciando la oferta privada, se procederá a construir nuevos centros estatales para que, gracias a la asfixia económica, se produzca un transvase obligatorio del alumnado de la enseñanza privada a la pública.

Este Gobierno prevé dejar a un lado la libertad de enseñanza e imponer un igualitarismo ideológico que le permita perpetuarse en el poder una elección tras otra. Eso sí, por las buenas o por las malas. No podemos olvidar que Pablo Iglesias se ha autoproclamado “asaltador” y que ha sentenciado en el mismísimo Parlamento español que la oposición seguirá estando ahí, calentando banquillo, hasta el infinito y más allá.

Por eso es la hora de la familia, de todas esas madres que sí deciden parir y que traen al mundo a unos hijos que son la esperanza de nuestra sociedad. Llega el momento de que los padres asuman su papel primigenio en la educación de sus hijos, se formen bien y conviertan su hogar en una auténtica escuela de virtudes. Y así, de ese modo, gracias a su esmero por aportar ciudadanos ejemplares al mundo, le daremos la vuelta a esta situación actual de imposición ideológica. Porque, por desgracia, son muchas las madres progresistas que deciden poner punto y final a su embarazo. Y por eso, por pura lógica natural, su ideología está en vías de extinción. En cambio, las madres que apuestan por la vida, por esa verdad que nos hace libres, están expandiendo esa luz de amor que, por pura lógica natural, acabará por iluminar hasta el último rincón de la tierra.