El arduo camino hacia la libertad, la igualdad y la fraternidad
Los alumnos del tercer curso de la Academia de Dijon están participando en una clase sobre los valores de la República francesa. © ACADEMIA DE DIJON
Francia es uno de los países europeos con los números más altos de inmigrantes a los que se acoge cada año. A pesar de que las políticas francesas de integración de los inmigrantes son bastante desarrolladas, siguen existiendo problemas a nivel territorial, cultural y escolar.
En Francia la mayoría de los inmigrantes de origen africano y sus descendientes tradicionalmente viven en grandes áreas urbanas, donde se construyó un gran número de urbanizaciones durante los años 60-70 del siglo pasado para facilitar la prosperidad económica de los Treinta Gloriosos. El Gobierno francés les proporcionaba viviendas a los obreros que inicialmente llegaban desde el sur de Europa y después, mayoritariamente, desde las antiguas colonias francesas en África.
Las políticas urbanas nacionales y locales han ido fomentando las desigualdades. Como consecuencia, la población inmigrante se encontró “condenada” a la vida aislada, en las urbanizaciones con el nivel alto de segregación social, económica y étnica.
Según el informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Estudios económicos (Insee), seis de cada diez inmigrantes viven en municipios densamente poblados, ciudades centrales y suburbanas. Por ejemplo, más de la mitad de todos los inmigrantes de Argelia y Túnez viven en tres urbes francesas: Lyon, Marsella y París. La segregación escolar se fomenta por las desigualdades territoriales dentro del país, dado que los niños crecen en las áreas socialmente excluidas.
En cuanto a los efectos de la segregación en el rendimiento académico de los alumnos, el dato característico son los resultados de exámenes
“En las escuelas ubicadas en zonas donde viven solo los inmigrantes es difícil integrarse en la sociedad: los niños se encuentran exclusivamente en su comunidad tanto en casa como en la escuela. El profesor les intenta transmitir valores de la República, pero frente a él están sentados niños que viven una vida completamente diferente: sus padres no pueden encontrar trabajo, los parisinos los miran con desprecio. El conflicto social se siente también en la escuela”, subrayó en una de las entrevistas Ekaterina Demintseva, historiadora, especialista en migración en Francia y profesora de la Escuela Superior de Economía (San Petersburgo).
A lo largo de los últimos cinco años, en el Centro Nacional para el Estudio de los Sistemas escolares (Cnesco) realizaron varias investigaciones que mostraron “una Francia marcada por un poderoso fenómeno de segregación social y escolar”. Aunque los informes del Cnesco no están enfocados exclusivamente en el fenómeno del aislamiento escolar de los niños de origen inmigrante, la presencia de “una situación escolar desfavorable” está marcada en las zonas de Lyon, Marsella y París, donde viven muchas familias de inmigrantes con sus hijos.
Por ejemplo, en la región parisina, la Isla de Francia, más de la mitad de la población inmigrante se concentra en las zonas adversas y en los áreas con dificultades socioeconómicas.
Según las investigaciones, hay una correlación entre la composición social de un territorio y la de los colegios ubicados allí
En 2012 PISA reconoció que Francia tiene una brecha muy alta en el rendimiento académico entre los estudiantes de origen inmigrante y los del grupo mayoritario (los hijos de padres de origen francés), que está muy por encima del promedio de todos los países de la OCDE.
Mathieu Ichou comentó que los grupos de menor rendimiento escolar son hijos de inmigrantes de Turquía y el Sahel (principalmente, Senegal y Mali). No obstante, los hijos de inmigrantes del sudeste asiático (Camboya, Laos, Vietnam y otros países) tienden a tener mejores notas, a menudo superando a sus compañeros nativos franceses y los del sur de Europa. Sin embargo, no es el país de origen un factor predominante, sino que el estatus social de la familia y su experiencia social previa a la migración son los que juegan un papel considerable en el éxito académico y profesional de los hijos.
En España la tasa es casi dos veces más: 31,9% y 15,6% sucesivamente.
Para ayudar a las familias recién llegadas con la orientación en el proceso formativo de los hijos en Francia pusieron en marcha el programa Abrir escuelas a los padres para el éxito de los niños. La formación gratuita permite familiarizarse con el sistema de Educación francés y aprender el idioma.
En 1982 Francia lanzó la Educación prioritaria con el objetivo de reforzar el sistema educativo en zonas adversas y desfavorables. En las investigaciones se señala que con la introducción del sistema no fueron reforzadas tales dimensiones cruciales como la experiencia de los profesores y la duración de clases.
Actualmente se aplica el sistema que diseñó la ex-ministra Najat Vallaud-Belkacem en 2014. La Educación prioritaria tiene dos componentes: centros de REP que se aplican en zonas con dificultades sociales y centros de REP+, en zonas extremadamente complicadas. Estos centros acogen a los alumnos de l’école (la Primaria) y del collège (hasta el tercer ciclo de la ESO).
“La idea es trabajar la continuidad pedagógica para que todos los dispositivos que se ponen en marcha en la Primaria se mantengan en el collège. En lugares donde existe un contexto social desfavorable, los programas tienen el objetivo de ayudar a los alumnos a salir de él. Aunque la segregación sigue existiendo, no hay guetos, siempre se intentan borrar las fronteras”, comenta Beatriz Beloqui, coordinadora de Enseñanza del español en la Academia de Versalles y la teniente del alcalde de Educación de una de las ciudades francesas.
se benefician de la Educación prioritaria (REP y REP+) en Francia
Las REP y REP+ cuentan con un tiempo de enseñanza reducido, la estrecha colaboración entre los profesores y las familias y con un plan académico de formación para los equipos docentes. La Educación prioritaria garantiza el dominio de competencias primordiales para todos los niños. En el marco de las REP y REP+ han introducido el sistema La toute petite section (TPS), que acoge a los niños de 2 a 3 años. “Es una especie de ‘puente’ para que cuando el niño entre en la escolarización, a los 3 años, ya haya recuperado este déficit de códigos sociales, lingüísticos y comportamentales que pueda tener”, comenta Beloqui.
Las clases en dos primeros ciclos de Primaria fueron reducidas a 12 alumnos para lograr el objetivo de dominio de competencias básicas a través de la atención mucho más personalizada a cada niño.
En el marco de la Educación Prioritaria funciona otro proyecto destinado a ayudar a los niños que no tienen condiciones o recursos necesarios para hacer los deberes y estudiar en casa. El programa se llama Devoirs faits (Deberes hechos): los alumnos se quedan en el colegio después de que terminen las clases y hacen los deberes, mientras que los profesores les acompañan.
Aunque la segregación sigue existiendo, no hay guetos, siempre se intentan borrar las fronteras
"La profesora de arte y fotógrafa Helene Jayet trabaja en un centro de Arte en los suburbios de París. Helene está acompañando a los jóvenes en sus reflexiones, les ayuda a realizar proyectos creativos y cinematográficos, comparte con ellos momentos de alegría, igualdad y libertad.
El centro educativo donde trabaja Helene es un buen ejemplo de inclusión e integración: cualquier joven puede formar parte de la comunidad creativa, aunque el contexto de segregación territorial parece estar presente. Hablando sobre las desigualdades escolares, Helene comenta que en Francia “no hay cifras y no hay censo étnico; es antirrepublicano incluso si estoy segura de que estas cifras existen en alguna parte”.
Helene ha tenido la oportunidad de trabajar con los jóvenes que representan muchas culturas y religiones. La profesora señala que en una gran mayoría de los casos han sido chicos y chicas de entornos desfavorables. “Me alegra poder darles claves culturales, hacerles entender que a pesar de su historia, contexto social o situación familiar, su voz y visión son importantes”, explica.
La profesora es de origen maliense. Comenta que el hecho de ser de etnia métis (francomestizos) hace que sea mucho más fácil interactuar con los estudiantes y las familias que a menudo están siendo discriminadas, porque ella misma ha pasado por esta experiencia.
Tengo un nombre francés y si no pongo mi fotografía en el currículum, me seleccionan para entrevistas de trabajo, estoy muy familiarizada con las clásicas excusas del racismo. El problema del délit de faciès (perfil racial) está presente...
"El rechazo al “otro”
- Las desigualdades provocadas por la segregación territorial disminuyen las posibilidades de tener mejores resultados académicos para los niños de la clase social baja.En muchas ocasiones las aspiraciones de las familias sobre el éxito académico de sus hijos chocan gravemente con la realidad, lo que provoca sentimientos de injusticia y rebeldía, y aún más si se combinan con el racismo.
- En la investigación del Centro de estudios de Empleo y Trabajo (CEET) se afirma que esta situación es más acusada entre chicos de países del Magreb y del África subsahariana. Precisamente ellos son los que tienen niveles más altos de desempleo. «Incluso cuando los descendientes de inmigrantes se sienten franceses, a menudo no se los percibe como ciudadanos de pleno derecho y, por lo tanto, se les rechaza de la representación colectiva y de quién pertenece a ella», indica Mathieu Ichou.
- Es importante destacar que un porcentaje notable de jóvenes de origen inmigrante desempleados no se explica por su situación socioeconómica, tampoco por su edad, nivel educativo, experiencia profesional, etc. Es decir, en el mercado laboral sigue existiendo un exceso de desempleo inexplicable por nada más que descriminación de “minorías visibles”.