El docente, agente clave para la Educación ambiental
El 54% de los alumnos considera que el contacto con la naturaleza le genera libertad, desconexión y alegría. ©ECOEMBES
Esta semana se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, una fecha clave que tiene como objetivo recordar la importancia de formar a una población mundial consciente y preocupada con el medio ambiente y los problemas asociados. En este sentido, la figura del docente desempeña un papel clave. Así lo confirman diversos estudios, como Jóvenes, educación y medioambiente, realizado por More Than Research para Naturaliza, que valora «la importante labor que todos los maestros y profesores desempeñan para despertar la conciencia ecológica de los más pequeños».
El estudio revela que uno de cada tres alumnos reconoce haber tenido un docente que le ha dejado huella en el respeto y cuidado del entorno, aspecto de la enseñanza que el 61% de los entrevistados considera primordial. Las aulas se convierten así en espacios idóneos para divulgar sobre medioambiente, tanto a nivel teórico como práctico, incidiendo en el aprendizaje activo basado en el contacto con el entorno, que ayuda a los niños a desarrollar valores como la sensibilidad, la empatía o el respeto por los animales.
La exploración de la naturaleza repercute positivamente en la salud física y mental de los alumnos
"Así lo explica Yasmín Kayali, docente Naturaliza del Colegio «Luyferivas» de Rivas-Vaciamadrid: «Nuestra misión como agentes transformadores sociales no solo consiste en transmitir conocimientos, destrezas y valores a su alumnado, sino también en motivarles para adquirir una actitud proactiva hacia la concienciación ecológica y medioambiental».
En esta línea, Kayali subraya el gran poder de influencia que tienen los docentes, al crearse un vínculo afectivo con el alumnado que va más allá de los libros o de las circunstancias personales y sociales: «Nos convertimos en su referente y, en consecuencia, debemos servir como modelo, guía y facilitadores de su aprendizaje», añade.
La naturaleza ayuda a los niños a evadirse de sus problemas y los hace más participativos
"Con ella coincide Soraya Buey, docente Naturaliza del Colegio Público «Miguel Íscar» de Valladolid, que asegura que tanto la Educación ambiental como la Educación en valores conforman ejes transversales del currículo que maestros y profesores deben tener muy presentes: «Yo siempre digo que hay que educar en la mirada sensible de los niños y, dentro de ella, se encuentra la mirada ambiental».
Buey lo describe como un proceso de aprendizaje autónomo: «Mis alumnos toman la iniciativa, yo solamente les acompaño en su proceso». Los beneficios de esta metodología son múltiples: «Los niños participan más, son capaces de observar cosas que a los adultos nos pasan desapercibidas y no por eso son menos importantes, están más concentrados y, sobre todo, cambian el comportamiento. Creo que la naturaleza les ayuda a evadirse de sus problemas”.
Todos estos aspectos también se recogen en el estudio de More Than Research, donde las salidas al campo y las visitas a las granjas escuelas fueron las actividades que más impactaron a los alumnos españoles en su etapa escolar.
Por ello, se recomienda convertir los espacios exteriores en aliados del proceso educativo: «A los alumnos les encanta que les acerquemos la naturaleza al aula», explica Kayali. Y añade: «Se motivan especialmente cuando tienen la oportunidad de vivir lo que aprenden de manera experiencial en excursiones; se convierte en un verdadero aprendizaje porque permite la exploración de la naturaleza en primera persona y repercute positivamente a su salud física y mental». Lo suscriben diversos expertos, quienes advierten que los niños que sufren un déficit de contacto con la naturaleza ven afectado el desarrollo de sus capacidades creativas, emocionales e intelectuales.
Además de valorar la labor docente en este campo, los alumnos consideran, por otra parte, que no se están adoptando las medidas necesarias para combatir los problemas medioambientales. Lo sostiene, según el estudio, un 90% de los encuestados. El 54% afirma, además, que «necesita el contacto con la naturaleza», describiéndolo como una experiencia que les genera libertad, desconexión y alegría.