La relación entre familia y escuela
Una consecuencia del confinamiento provocado por la pandemia es que de repente las familias se convirtieron en un actor protagonista del hecho educativo al ser el hogar el espacio de aprendizaje. Esta realidad que condicionó el último trimestre del curso aceleró la búsqueda de un objetivo que es que las familias se involucren más en el devenir educativo de sus hijos.
Desgraciadamente, esta transición abrupta de la escuela a casa aumentó las desigualdades escolares, no solo por una cuestión de acceso, es decir, de razones económicas que distinguiera a los alumnos según los dispositivos y conexiones disponibles. También se demostró que la diferencia de nivel formativo de los progenitores aumentan esas diferencias si desaparece el tamiz igualador de la escuela.
Sin embargo, también se evidenció que esta carencia abre una oportunidad a la intervención en la mejora educativa, de tal forma que en lo relativo a esta mejora hay que contar con las familias, no solo como agente promotor sino también como receptor de las políticas educativas. Al ser tan influyentes, mejorar sus tareas educadoras impactan notablemente en una Educación de mayor calidad.