Miguel Ángel de las Casas: “Defendemos un modelo multisolución que se adapte al alumnado TEA”
La relación de Miguel Ángel de las Casas (1968, Zamora) con el Trastorno del Espectro Autista (TEA) tiene una triple vertiente: es presidente de la Confederación Autismo España, de la Federación de Autismo en Castilla y León (FACyL) y padre de Gonzalo, un joven de 17 años «severamente afectado» por esta enfermedad. Desde esta perspectiva, De las Casas recuerda que el contexto escolar es uno de los marcos de intervención más importantes para la promoción del desarrollo integral de la persona con TEA.
En Castilla y León, el número de escolares con Trastorno del Espectro del Autismo ha crecido un 62% en los últimos 5 años, representando en la actualidad el 15% del alumnado con necesidades educativas especiales. Las medidas para garantizarles una Educación de calidad se complican con la llegada de la pandemia.
—¿Cómo afecta el cambio de rutinas, derivado de la pandemia, en los alumnos con TEA?
—Las personas con autismo se caracterizan por tener unas rutinas muy marcadas y una anticipación muy fuerte de lo que va a suceder en su vida diaria. La estabilidad emocional se la da una vida ordenada con una estructuración muy fuerte. Si hablamos de alumnado con TEA, lo que ha sucedido con la Covid ha producido la ruptura de rutinas en dos ocasiones. La primera fue en marzo de 2020 y eso supuso abandonar rutinas del día a día: transporte escolar, pautas y actividades en el colegio, volver a casa, comer…. Ahí tuvimos problemas serios de conducta y de índole médico sanitario: crisis psicóticas acentuadas, aumento de la medicación en muchos casos… Desde los colegios se hizo un esfuerzo para apoyar telemáticamente a las familias y que los padres pudiéramos sobrellevar el día a día con nuestros hijos y no se perdiera el aprendizaje.
—Pero la rutina que se generó durante el confinamiento se volvió a quebrar cuando nos desconfinaron…
—Ahí volvimos a tener otra vez muchas crisis y problemas. Luego llegó el comienzo del nuevo curso, en septiembre. La Consejería de Educación estableció un grupo de trabajo en el que desde la Federación de Autismo en Castilla y León participamos activamente para establecer una serie de protocolos: grupos burbuja, medidas de desinfección, toma de temperaturas, etc. El trabajo ha sido intenso y el principio de curso ha ido mejor de lo previsto en cuanto a casos detectados de Covid.
El confinamiento de marzo afectó a las rutinas de los alumnos con TEA, aunque hubo apoyo de los colegios
"—¿Qué recursos y herramientas aporta la Federación de Autismo CyL para sobrellevar esta situación?
—Además de los protocolos de medidas de contención de la Covid en las aulas, ha habido que elaborar materiales adaptados a la nueva situación para explicar a los alumnos con autismo temas como el ponerse la mascarilla. También ha habido que adaptar materiales al ámbito telemático y hemos tenido que habilitar espacios, pedir más metros cuadrados para poder desdoblar grupos. En los cinco colegios específicos para alumnado con autismo que tiene la Federación (que son concertados), las aulas específicas suelen ser de cinco niños por grupo y aun así hemos intentado reducirlas. Eso deriva en mayor gasto en recursos humanos y materiales.
—De los 1.243 alumnos/as con autismo contabilizados en el curso 2019-20, ¿qué porcentaje acude a centros ordinarios y cuántos a especiales?
—Ahora mismo, ocho de cada 10 personas con TEA (82,50% en el curso 2018-19) en edad escolar están escolarizados en las aulas ordinarias. Del porcentaje restante, alrededor del 79,5% acude a alguno de los cinco Centros de Educación Especial para alumnado con TEA, estando escolarizadas 152 personas con mayores necesidades de apoyo y gracias a 133 profesionales que proporcionan una atención especializada.
La Lomloe se ha redactado de forma ambigua y mantiene un modelo polarizado
"—¿Ha cambiado la tendencia de las familias a la hora de escolarizar a sus hijos en uno u otro tipo de centro a causa de la pandemia?
—No me atrevo a hablar de un cambio de tendencia, pero es verdad que tenemos identificados casos puntuales en los que las familias, si han podido, han elegido un centro específico. Por dos razones principales: los grupos son mucho más reducidos y las adaptaciones mayores (desde el material escolar específico hasta las explicaciones sobre qué es la Covid o cómo hay que respetar las normas).
—Esta semana comienza a regir la Lomloe. ¿Cuál es la postura, desde la Federación, ante el debate generado alrededor de la inclusión de alumnos con necesidades especiales en centros ordinarios?
—Lo vemos con preocupación porque creemos que la ley se ha redactado de una forma ambigua. No se habla de los cierres de los centros de Educación Especial, pero nuestro temor es que, con el paso del tiempo, estos centros vayan perdiendo peso específico dentro del sistema educativo. Vemos que en los últimos años la tendencia está siendo así: derivar cada vez más casos a los centros ordinarios. Nosotros defendemos que cada niño y cada niña estén escolarizados en el modelo que más se adecue a sus necesidades y características.
Colaboramos con la Consejería de Educación para elaborar protocolos Covid en aulas con alumnos con autismo
"—¿Cubren los centros ordinarios esas necesidades del alumnado con TEA?
—Históricamente, los alumnos que están acudiendo a esos centro ordinarios no están recibiendo la calidad educativa que necesitan. Son consabidos varios de los problemas que tienes, que no son de ahora: el bullying (especialmente preocupante en la etapa de la adolescencia), problemas de cambio de ciclo educativo, para titular… Es frecuente que acaben de cursar sus estudios, pero en muchos casos no son capaces de conseguir el título, algo que dificulta el acceso al mercado laboral y a una vida independiente.
—¿El debate debe girar en torno a la inclusión?
—Nuestra posición –de la Federación y de Autismo España– está a favor de un modelo educativo multisolución que se adapte a las necesidades concretas de cada persona. Y la Lomloe no lo garantiza, sigue manteniendo un modelo polarizado.
—Como padre de un joven con TEA, ¿qué desearías para su Educación?
—Tengo la suerte de que mi hijo está en el colegio que, yo creo, es más adecuado para él: Centro de Educación Especial “El Corro”, de Valladolid. Me gustaría que siga funcionando exactamente igual de bien que lo hace ahora.