El talón de Aquiles de la FP
Está claro que la Formación Profesional está en auge desde hace años. Desde hace más de una década el número de alumnos matriculados en FP Básica, Media o Superior ha crecido un 77 por ciento hasta alcanzar los 861.906 en el curso entrante 2019-20. Además, la formación de los titulados en FP es valorada en el mercado de trabajo. La semana pasada la secretaria general de FP, Clara Sanz, recordó en la Cámara de Comercio que el desempleo de los titulados en FP era seis veces inferior al de la media de los jóvenes españoles. La tasa de paro de los titulados de FP Media, por ejemplo, es del 13,6% en 2018 mientras que la de los titulados en Bachillerato es del 13,9% (OCDE, Education at a Glance, 2019). Uno de los grandes cambios de la Educación en España ha sido el aumento en la tasa de graduación en estudios medios desde el 56% de 2005 al 81% de 2017.
Pero no todo son buenas noticias y conviene ser autocríticos, siempre con ánimo constructivo, si queremos que el árbol crezca recto. La OCDE ha ratificado uno de los grandes dramas de nuestro sistema educativo, que es especialmente sangrante en la FP Básica y Media, el de la elevadísima tasa de abandono. Ya lo anticipó Ismael Sanz en MAGISTERIO hace año y medio: “El segundo de los riesgos es más estructural y es uno de esos problemas concretos de la Educación española cuya solución supondría un paso adelante de enorme calado. Se trata del elevado número de alumnos que comienza algún ciclo de FP de Grado Medio y no lo termina. Así, del 28,8% de la población de 16 años que iniciaba FP Media en 2004-05 se graduaba el 16,7% al curso siguiente, un 58,0% de los que empezaron (…). Pues bien, el porcentaje de alumnos que titula un ciclo de FP Media sobre el total de los que lo comenzaron se ha mantenido en rango similar desde 2005-06 (58,0%) hasta 2016-17 (59,6%). Es decir, que el restante 40,4% de alumnos que inició un ciclo de FP de Grado Medio ha abandonado estos estudios sin el título, un porcentaje muy elevado”.
La situación en la FPB es aún más sangrante por la tipología de un alumnado que necesita no sólo refuerzo académico sino fundamentalmente refuerzo psicopedagógico y emocional. Es particularmente interesante el programa de Prevención del Abandono Educativo en Formación Profesional Básica que se va implantar en la Región de Murcia. Esta intervención supondrá un apoyo integral de unos alumnos que no necesitan tanto refuerzo de Matemáticas como un coach que les acompañe en un crecimiento personal, familiar y social.