España sigue sin ser un país para jóvenes
España, como Italia y Portugal, no era un buen lugar para ser joven en 2008 y ha demostrado serlo menos aun en 2021. Los nacidos entre 1985 y 1995, también conocidos como la «generación doble crisis», han tenido que enfrentarse a dos recesiones con apenas 13 años de diferencia en un momento clave de su formación e incorporación al mercado de trabajo, con el consiguiente impacto en sus trayectorias vitales. Los efectos se perciben ya si se compara su capacidad de acumular riqueza, de emanciparse y de formar una familia con la de los nacidos entre 1975 y 1984. Los jóvenes que cuentan con C. Tangana como referente lo tendrán más difícil que los que veneraban a Andrés Calamaro en su día, y hay más características que suman puntos negativos a la de ser joven en el sur de Europa. Entre ellas, destaca el hecho de haber salido al mercado laboral tan solo con los estudios básicos. Con la formación como una de las pocas tablas de salvación para surfear la crisis, esta ha dejado de ser una opción.