Orgullo de padre
Ya ha transcurrido un año desde el inicio de aquel confinamiento que cerró todos los centros educativos de España durante varios meses y les obligó a celebrar un final de curso virtual. Y este nuevo curso ya presencial, pese a las limitaciones impuestas por los protocolos para evitar los contagios, está transcurriendo con cierta normalidad. Tanto es así que, dentro de lo que cabe, se están logrando los objetivos mínimos de la Programación General Anual. Y entre esos objetivos mínimos, como no podría ser de otro modo si se pretende vivir en la realidad circundante, está la conmemoración de las fiestas civiles y religiosas que jalonan el calendario escolar.
Una de esas fiestas señaladas, y más que en ningún sitio en la Comunidad Valenciana en pleno mes de marzo, es el día de San José, el día del Padre. Y es que José, un simple carpintero, fue el elegido para ser el padre adoptivo de Jesús, el hijo de Dios y de María. Y por eso podría ser el modelo para ser imitado por todos esos hombres que desean ejercer su paternidad con humildad, laboriosidad, obediencia, generosidad…
En estos tiempos que tanto se incide en los centros escolares sobre la nueva masculinidad y se imparten esas charlas sobre modelos masculinos paritarios, empáticos, serviciales, amorosos o sensibles, no vendría mal poner de relieve a la figura de san José. ¡Cómo cambiaría el ambiente de las familias si muchos padres de familia trataran de comportarse como este santo varón! ¿Que cómo lo sé? Pues porque he sido testigo de ello en mi propia casa, con el ejemplo de mi padre. Por eso, junto a mis hermanos, podemos afirmar que estamos muy orgullosos de nuestro padre… al igual que lo estarán la inmensa mayoría de los docentes y de los discentes que pisan nuestras aulas. Así que, le pese a alguien o no, ¡feliz día de san José y felicidades a todos los papás!