Contra el continuismo, ¿más de lo mismo?

El nuevo currículo huirá del conocimiento estancado, de las rutinas, del continuismo. Pero los documentos conocidos hasta ahora, aunque sean borradores, suenan a música vieja, a la cuadratura de la Logse, al triunfo definitivo de los pedagogos sobre los catedráticos de Secundaria. Habrá unos aprendizajes básicos (por definir), pero los deseables estarán supeditados a los intereses, objetivos, necesidades y perfil del alumno. El currículo dejará de ser el guardián del acervo cultural y el RD de Enseñanzas Mínimas será realmente de mínimos. En base a él se pretende que el alumno salga de la escolaridad básica convertido en un ciudadano capaz de enfrentarse a los retos colectivos propios de una sociedad cambiante (en materia de salud, sostenibilidad, resolución de conflictos, uso de las tecnologías…). El RD de Enseñanzas Mínimas de la ESO con la Logse tenía tres páginas (sin anexos). El de la Lomce, que juntó ESO y Bachillerato, 378. Quizá en este, como en otros ámbitos, en el término medio esté la virtud.