Ignacio García-Belenguer: “Es esencial la implicación de docentes y familias en la difusión del arte”

El director del coliseo madrileño habla de la importancia de las artes que “nos igualan como seres humanos” e impulsa la tecnología e iniciativas para que la ópera llegue a niños y jóvenes.

Desde hace tiempo El Real ha ido incorporando elementos educativos. ¿Cómo surge este interés didáctico?
—El Teatro Real reabrió sus puertas como teatro de ópera en 1997. Desde el principio entendió que su deber con la sociedad civil pasaba por establecer un programa pedagógico que no solo llevara la ópera, la creación lírica, a los más jóvenes, sino que residía también en propiciar que entre ellos naciera el público del futuro. Con distintas iniciativas que han ido variando y enriqueciéndose en cada temporada desde 2003, el Teatro Real puede presumir de haber abierto sus puertas en todos los sentidos y permitido que niños y jóvenes entren en él y a su vez ser capaz de salir de sus salas para llevar la ópera hasta ellos.

Uno de ellos es El Real en tu clase, que se ha mantenido durante el Covid.
—Sí, lamentablemente hemos tenido que posponer las visitas y funciones escolares dentro del teatro, pero tenemos un programa, El Real En tu Clase. Esta es una iniciativa online, de forma que los alumnos pueden disfrutar de la actividad artística del teatro en sus propias aulas.

Ese ver la ópera como de élite, ¿en parte se debe a la escasa formación musical en colegios y en la familia?
—La ópera no es ni elitista ni clasista. Precisamente por eso, para descubrir que es de todos, es esencial la implicación de los docentes y de las familias en la difusión del arte más completo, el que muestra prácticamente todos los oficios, el que ha conmovido durante siglos a tantas generaciones. Es fundamental que la divulgación de la ópera sea entendida no como una tarea o un deber sino como parte de la formación social del individuo, porque nos interpela a cada uno de nosotros con sentimientos y conflictos que son universales y que nos iguala como seres humanos.

¿Cree que los centros educativos son claves para iniciar y mostrar lo que es la música y todo su abanico de estilos?
—Si la música, como otra arte, atraviesa todo el programa educativo, se entenderá como una manifestación más del conocimiento. En los tiempos en los que se ha relegado su enseñanza, hemos salido perdiendo todos.

Johann Sebastian Jazz, que aúna lo clásico y el jazz es un modelo muy didáctico para toda la familia. ¿Por qué no se graba y difunde en televisión estos productos?
—Afortunadamente ahora hay programas televisivos que dan espacio a iniciativas como las que lidera el excelente equipo formado por Iñaki Salvador y Alexis Delgado en Johann Sebastian Jazz. El Teatro Real está muy implicado en la difusión de propuestas como esas más allá de nuestras paredes y trabajamos decididamente en ello con iniciativas como la plataforma de vídeo online My Opera Player.

Realizan una fuerte apuesta por las nuevas tecnologías, retransmisiones en streaming…
—Igual que el teatro quiso apostar por la Cultura Segura y abrir y permanecer abiertos, no por remar contracorriente ni ser excepcionales sino porque era lo que creíamos que teníamos que hacer, también en su momento apostamos fuerte por las nuevas tecnologías y nos convertimos en pioneros tecnológicamente con productos tan singulares como la plataforma online My Opera Player. Esta plataforma permite el acceso al menos a cinco lanzamientos internacionales cada mes de ópera y danza. Fuimos una referencia en el confinamiento, pero la realidad es que no para de crecer, lo que nos hace ver que no es un soporte alternativo sino claramente complementario a la ópera en vivo.

¿Cómo ha sido la reacción de los jóvenes a estas propuestas nuevas?
—El Teatro Real ha creado El Real Joven, un proyecto cuyo objetivo es acercar a la gente joven al teatro y a un género tan desconocido para ellos como es la ópera, un desafío en el que hemos implicado a un Comité Joven formado por personas que tienen una gran influencia en sus distintos campos artísticos, tales como Lucas Vidal, Ter o Palomo Spain. Y ahí tiene un papel decisivo la Fundación Amigos del Teatro Real, que es la que consigue que una vez que los jóvenes nos conocen quieran quedarse con nosotros.

Y también realizan captación de talentos.
—La Fundación Amigos del Teatro Real está haciendo una labor extraordinaria. Acaban de lanzar el proyecto Crescendo, el primer programa de promoción de la lírica entre los jóvenes, que permitirá en su primera edición dar formación y oportunidad de desarrollar una carrera a 20 jóvenes cantantes de ocho nacionalidades distintas.