La OCDE constata que España bajó el listón académico el curso pasado

La tasa de alumnos que aprobaron Bachillerato de media en España se elevó al 92,2% el curso 2019-20. Este porcentaje supone un 8,6% más que un año antes en el curso en que el Covid-19 obligó a cerrar los centros educativos en el mes de marzo.

Así lo recoge la OCDE en el informe preliminar The state of school education: One year into the COVID pandemic, que refleja las tasas inéditas de graduación en esta etapa en España, el país donde más subieron junto con Noruega y Francia. También crecieron en Italia, Letonia, la República Checa, Hungría y Chile, mientras que en Estonia, Corea, Lituania y Suecia se mantuvieron estables y en Rusia descendieron. Solo 13 países de los 30 participantes pudieron aportar datos.

Además, la OCDE también sitúa a España entre los países sin evaluaciones estandarizadas para medir la pérdida de aprendizaje durante la pandemia, tras decidirse su cancelación, como sucedió en Hungría, Israel y la República Checa.

La semana pasada, la ministra Celaá descartó que el curso pasado fuera un coladero. Lo hizo en una entrevista en la cadena Ser, en la que rechazó que se abriera la mano y subrayó que la EBAU refrendó después ese incremento de aprobados. “En la pandemia había pruebas. Esos alumnos no solo fueron aprobados en 2º de Bachillerato por el centro educativo sino también en el examen de la EBAU por la universidad. Cuentan con dos ejercicios que los han valorado. Hubo un 8,6% más de alumnos que pudieron superar ambas pruebas, de lo cual estamos muy satisfechos”, proclamó.

Desde el Ministerio de Educación se insiste en que se trata de un preinforme de la OCDE, a la que España envió, a falta de los resultados definitivos sobre los resultados académicos del curso 2019-20, aun no disponibles, datos provisionales sobre los que se ha hecho una estimación. Al tiempo, inciden en que España es el cuarto país de los 13 analizados, solo por detrás de Suecia, Noruega y Hungría, en el que más se sigue suspendiendo, aun así.

Es por ello que desde el Ministerio se considera que la flexibilización de la promoción y titulación debe ser uno de los cambios que trajo la pandemia que, como la codocencia, los nuevos espacios educativos o la digitalización, debería quedarse: “Hubo una evaluación colegiada, mucho más cualitativa que aquella en aislamiento en que cada profesor pone su nota sin saber cuál ha sido el proceso por el que ha venido atravesando el alumno. Esto es lo ideal y ha de mantenerse, esperemos que permanezca”, proclamó Celaá.

Los datos que maneja la OCDE reflejan la media aproximada en España, pero hay comunidades que superan este incremento. Es el caso de Andalucía, que, pese a no secundar la flexibilización en la evaluación en el tercer trimestre del curso 2019-20, como Madrid, Murcia, y Castilla y León, registró un incremento del 12,21% en aprobados en Bachillerato.

Una mejoría de los resultados académicos que se ha consolidado este curso, al tiempo que se han registrado efectos positivos en la convivencia escolar. Para el inspector general de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, Manuel Jesús Sánchez Hermosilla, detrás puede estar la bajada de ratio indirecta al contar con más recursos, pero también el agrupamiento de alumnos de forma distinta, que permite el uso de metodologías más activas y una atención más personalizada, con agrupamientos flexibles, gracias a la codocencia.

Como el año pasado, en Andalucía este año se descarta aplicar nuevos criterios de evaluación. Sucede también en Madrid, Castilla y León, Murcia, Navarra y Aragón. Así, habrá que tener todas las asignaturas aprobadas para obtener el título de Bachillerato. Para ello, la Junta tuvo que adelantarse a la entrada en vigor de la Lomloe, que hará que en otras comunidades, por ejemplo, Canarias, se pueda promocionar y titular en la ESO con tres asignaturas suspensas, independientemente de las que sean, en aras de reducir la repetición.

Sánchez Hermosilla defiende que la no promoción “no es una medida eficaz, pues es costosa económicamente para la Administración y a nivel socioafectivo y relacional para el alumnado, y debería ser la última medida de atención a la diversidad”. Pero, al tiempo, constata que, aun siendo el Bachillerato una etapa no obligatoria, “el Ministerio debería homologar los criterios, no dejar a decisión de las comunidades y los claustros cuestiones como la promoción, pues, sin unos criterios claros, se va a generar una diferencia y una fractura en la titulación en la etapa”.

Para el profesor de la URJC Ismael Sanz, “no es una mala idea que en un año con una situación tan excepcional se diera un pequeño empujón a los alumnos, se pasara de ese 4,9 a ese 5”. Distintas investigaciones internacionales así lo avalan. Sin embargo, prosigue, “lo que no es positivo es mantener esa bajada de nivel en el tiempo, porque los que ya de por sí empleaban el mínimo esfuerzo van a esforzarse todavía menos”.

¿Menos repetición? Bienvenida sea, para Sanz, pero “no de forma exógena”. “La tasa de repetidores en 1º de ESO el curso 2006-07 era del 16,7%. Esta se redujo al 9,8% en el curso 2017-18 de forma natural, sin bajar el nivel de exigencia, que es lo que queremos todos. En vez de decir que hay que bajar la tasa, que es la solución fácil, se debería indagar en las causas profundas de la elevada repetición que tradicionalmente ha habido en España”, constata.

Centros abiertos. España ha sido uno de los países que menos clases presenciales ha perdido este curso pandémico. Sin embargo, el curso pasado se encontró en el grupo de países en que entre mayo y junio regresó menos de la mitad de los alumnos.

Pruebas estandarizadas. En España se decidieron cancelar. Esto ha hecho, según Ismael Sanz, que hoy no sepamos la pérdida de aprendizaje o el incremento de la desigualdad en este tiempo, pero tampoco cómo medidas que sí se han tomado los han mitigado.

Inversión. España se encuentra en el grupo de países, con Irlanda, Italia, Portugal y Turquía en que hay más profesores en los centros a raíz de la pandemia. También entre los que han aumentado el gasto público en Educación tanto en el curso 2019-20 como en el 2020-21.