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Más allá del fútbol

escuelainfantil.netJueves, 8 de abril de 2021
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Con más horas de luz y a escasas semanas de que el buen tiempo llegue para quedarse durante los meses estivales, son muchos los que se plantean dejar de lado el gimnasio para disfrutar del deporte al aire libre y ponerse en forma de cara al verano. Unos hábitos y valores que podemos aprovechar para transmitir a los más pequeños de la casa.

Responsabilidad, esfuerzo, perseverancia, compañerismo o solidaridad son solo algunas de las muchas aptitudes que los niños y niñas pueden desarrollar al practicar algún tipo de actividad física que les motive. Además de ayudar al desarrollo mental y cognitivo, el deporte es esencial para que aprendan a llevar un estilo de vida saludable.

 

Los múltiples beneficios del ejercicio en la salud

La Organización Mundial de la Salud recomienda que los niños de entre 5 y 17 años realicen una hora de ejercicio físico al día, llevando a cabo un aumento progresivo de la actividad para alcanzar ese objetivo y que pase a convertirse en hábito. Entre sus múltiples beneficios destaca el desarrollo de los huesos, músculos y articulaciones, así como de un sistema cardiovascular sano.  Por otro lado, puede reducir el riesgo de padecer hipertensión y diabetes, siendo clave para evitar accidentes cerebrovasculares.

El deporte es un gran aliado para controlar el gasto energético, un factor decisivo para prevenir la obesidad infantil. Según los últimos datos del Estudio Nutricional de la Población Española, casi el 40% de los niños españoles de entre 3 y 8 años tienen obesidad o sobrepeso. El estudio refleja que la incidencia de este problema en España es del 14,2% en la franja de 3 a 24 años, solo por detrás de Grecia (18%) e Italia (15,2%). Aunque las ventajas del deporte pueden ir mucho más allá.

El ejercicio no solo reporta resultados positivos a nivel corporal, sino que también nos puede ayudar a alcanzar un estado mental óptimo. La actividad física está asociada a efectos psicológicos beneficiosos en los jóvenes, ayuda a gestionar la ansiedad, que ha podido verse incrementada en los últimos meses. Además, el deporte refuerza su autoconfianza y contribuye al desarrollo de las habilidades sociales”, indica Miguel Ángel López, coordinador del  Área Deportiva del grupo Brains International Schools.

Deportes alternativos

El fútbol, el baloncesto o el tenis son algunas de las disciplinas con mayor calado social en España, aunque esto no implica que entusiasmen de igual manera a todos los niños. Por este motivo, es fundamental que les ayudemos a encontrar ese deporte que les motiva y apasiona, para que desarrollen sentimientos positivos hacia la actividad física que, en el futuro, puede condicionar su salud.

En este sentido, hoy en día los niños tienen a su disposición un amplio catálogo de deportes para que descubran cuál es el que mejor encaja con su personalidad: desde los más populares, como el fútbol o el baloncesto, hasta otros más minoritarios como escalada, ballet, waterpolo, natación, natación sincronizada y gimnasia rítmica.

  • Crossfit. El último deporte de moda, un entrenamiento 360º para trabajar resistencia, fuerza, potencia, flexibilidad y velocidad a través de rutinas diferentes. Esta disciplina importada de Estados Unidos en la última década también puede adaptarse al peso, capacidad y necesidad de los más pequeños.
  • Waterpolo. Un deporte en equipo con beneficios físicos y mentales que inculca hábitos de vida saludable a los niños y niñas. Ayuda a mejorar la resistencia cardiopulmonar, a mantener una presión arterial estable y a estimular la circulación sanguínea.
  • Natación y natación sincronizada. El objetivo es la enseñanza de las mejores técnicas posibles, dentro de un ámbito de trabajo que se basa en el compañerismo y la pasión. En el caso de la natación sincronizada, esta fomenta la amistad y la unión entre nadadores.
  • Escalada. Uno de los deportes de aventura con mayor potencial educativo. Entre sus beneficios destacan la mejora de la resistencia, la flexibilidad y la movilidad articular, así como la adquisición de un estado mental más despejado.
  • Judo. El objetivo es el desarrollo de las competencias básicas de la educación como las relaciones sociales, las destrezas y aptitudes, el comportamiento, la mejora de la concentración y la estimulación de la autodisciplina. Se aprende jugando, pues el juego debe ser el contenido sobre el que gire toda la práctica del judo
  • Gimnasia rítmica y ballet. Estas actividades, que requieren mucha disciplina, reportan múltiples beneficios a quienes las practican. Desarrollo de la flexibilidad, fortalecimiento de los huesos, mejora de la resistencia y de las habilidades sociales son algunas de sus ventajas.

 

Hoy en día hay más opciones que nunca, por lo que es importante insistir en la práctica deportiva entre los más pequeños. Incluso aquellos niños que muestren menos interés pueden encontrar alguna disciplina que les permita realizar ejercicio, al mismo tiempo que refuerzan sus vínculos sociales”, concluye Miguel Ángel Lopéz.

Desde el Área Deportiva del grupo Brains International Schools, señalan que el aprendizaje desde el movimiento es básico en todas las etapas (tanto a nivel psicomotor como de expresión corporal y creatividad) para que los niños adquieran un bagaje de experiencias físicas que les aporten beneficios en su salud física y mental, como de autoestima o relaciones sociales. Así, consiguen la autonomía y capacidad de reflexión necesarias para interiorizar la vital importancia de mantener una vida saludable.

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