Que eduque la escuela y no la pornografía

En una sociedad en la que seis de cada diez menores afirman haber accedido a contenidos pornográficos de algún tipo y en la que Internet y las redes sociales son los medios más influyentes para los jóvenes sobre sexualidad es paradójico que se siga cuestionando la necesidad de incluir la Educación afectivo-sexual como parte del currículo en todas las etapas educativas. Con la aprobación de la nueva ley educativa, la ley Lomloe, que incluye de manera expresa la Educación sexual como materia transversal en Primaria y Secundaria, abandonamos el vaivén constante que ha alejado a las competencias de lo verdaderamente importante, abordar una asignatura pendiente que la sociedad pide a gritos. Atrás queda el poco contenido que incluía la Logse, en 1990, y la LOE, en 2006, modificadas respectivamente por la LOCE, en 2002, y la Lomce, en 2013, que tampoco incluyeron la materia, para dar paso a una nueva oportunidad de tratar el tema de la sexualidad con el rigor y la verdad que los jóvenes precisan.