Teatro y circo, dos recursos pedagógicos para trabajar en el aula

“Las artes son una metodología en sí mismas que deben estar presentes en el aula para desarrollar otras habilidades y capacidades”, cuenta Ana Castrillo, una de las fundadoras de la compañía aragonesa de circo D’Click. En colaboración con el colectivo de mediación cultural Noray y la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza, han puesto en marcha el primer proyecto educativo basado en el circo y el teatro, que pretende introducir estas artes escénicas dentro del día a día de las aulas zaragozanas.

Se trata de una prueba piloto que se llevó a cabo el pasado mes de marzo en tres centros escolares de la capital aragonesa: IES “Andalán”, CPI “La Jota” y CEIP “Andrés Manjón”, y en diferentes niveles educativos, desde 5º de Primaria hasta 2º de ESO. El objetivo es trabajar el Art Thinking en el aula, una metodología que introduce las diferentes artes visuales, escénicas, digitales o literarias en el currículo de los alumnos, con el fin de aumentar la creatividad y colaboración en las escuelas.

El innovador proyecto gira en torno a una de las obras más reconocidas de la compañía aragonesa, Isla, que cuenta la historia de tres náufragos que deben enfrentarse unidos al desafío de construir un barco para partir rumbo a casa. Con ella, transmiten valores como la unión entre compañeros –clave en el crecimiento de la compañía– combinando diferentes técnicas del ámbito circense, como las acrobacias, junto con el lenguaje escénico.

Y es que en la compañía D’Click lamentan que, “de manera curricular, el género dramático apenas haga referencia al circo, cada vez más en auge en todas las programaciones culturales, y sin apenas reconocimiento”. Sin embargo, este proyecto demuestra el potencial del circo como herramienta pedagógica dentro de la escuela para desarrollar diferentes competencias básicas: desde la expresión escrita, el pensamiento crítico o la oralidad, hasta valores intrínsecos de la propia representación, como son la confianza, la compañía, la responsabilidad y la diversidad.

El proyecto, que va a servir de prueba piloto para más tarde establecer una metodología concreta en las aulas, se lleva a cabo en tres fases en cada uno de los centros educativos. En primer lugar, se realizó un encuentro previo con los alumnos con el fin de introducir el proyecto y el arte del circo, es decir, para dar a conocer las características generales del género dramático, del teatro y del circo y de la expresión corporal como lenguaje escénico. Después, los alumnos disfrutaron de la representación teatral por parte de la compañía D’Click, combinando la forma presencial y el streaming con el objetivo de valorar las distintas opciones en las que se consume la cultura actualmente.

Tras el espectáculo tuvo lugar un foro en el que los alumnos pudieron compartir sus impresiones junto a la compañía. Ahora, el alumnado tiene que realizar su propia crítica sobre la representación que, posteriormente, recibirán los artistas. Este último punto pretende que a través de esta crítica se adquieran las capacidades mínimas que permitan a la persona llegar a ser un espectador activo y reflexivo capaz de valorar y disfrutar de la obra de arte. Se trata de conseguir que los jóvenes comprendan y aprecien las obras artísticas en sus diversas dimensiones como espectadores capacitados y críticos.

Por tanto, “no solo se trata de que los alumnos conozcan y valoren todo el patrimonio circense, sino también de fomentar la participación y la cooperación a través de una intervención educativa innovadora basada en el encuentro entre lo digital y lo presencial, tan necesario en estos tiempos. Es evidente que urge conectar la producción escénica contemporánea con el público joven en los nuevos contextos de creación artística que generen puntos de encuentro entre lo digital y lo presencial”, señalan desde D’Click.

Y es que, el confinamiento y la situación actual provocada por la Covid-19 ha supuesto que lo virtual y lo digital hayan crecido notablemente en los últimos meses, sobre todo en los sectores de población más jóvenes. Por ejemplo, Afundación, la Obra Social de Abanca, a través de su propia televisión digital (Afundación TV), ha retransmitido obras de teatro para escolares que, debido a diversas circunstancias, no se encontraban en el aula el día de la emisión. Así, bien desde sus propios hogares e incluso desde las aulas hospitalarias, como en el caso del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia), los niños han podido disfrutar de las obras de teatro.

Teatring.com es otra de las plataformas que hace llegar a profesores y estudiantes decenas de espectáculos teatrales a las aulas o incluso a sus casas. El teatro y el streaming no se contradicen, como tampoco lo hacen los conciertos online, las clases digitales o hasta las visitas virtuales por museos y ciudades. Es una realidad que, sin lugar a dudas complementa en toda nuestra relación como sociedad y para con el entorno.