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Competencias duras y blandas

José Mª de Moya
Director de Magisterio
18 de mayo de 2021
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Arranco esta semana con tres estudios que ha difundido The British School of Barcelona. La investigación “The Future of Jobs” de la Universidad de Harvard concluye categóricamente que el 85% del éxito profesional se debe a la adquisición temprana de habilidades interpersonales, las llamadas soft skills, fuertemente vinculadas al ámbito social y emocional. En concreto, la creatividad, la persuasión, la colaboración, la resiliencia y la gestión del tiempo son algunas de las habilidades más demandadas este año. Según el informe “What Workers Want 2020” realizado por la consultora de recursos humanos Hays, 6 de cada 10 directivos de organizaciones considera que las habilidades interpersonales son más importantes incluso que las habilidades técnicas en el desarrollo profesional. Y por último, según explica la Fundación Botín en el “III Informe del Plan de evaluación psicológica del programa Educación Responsable”, los niños de 5 a 9 años que trabajan la inteligencia emocional en los centros educativos mejoran sus habilidades sociales, como la generosidad, la empatía y la colaboración. Uno de los datos que destaca Fundación Botín es el impacto positivo generado en los menores de 9 años que se inician en la práctica de las competencias socioemocionales en el colegio, como es el aumento de la creatividad en un 15% y la mejora de la gestión del estrés en un 20%.

Como progenitor prototipo de una generación alimentada a los pechos del liberalismo meritocrático, acudí presto a los resultados de las competencias duras, que son las serias…

Esta semana he recibido del colegio los resultados del test de uno de mis hijos que estudia primero de ESO. El test evalúa las competencias duras (lo que el colegio denomina “aptitudes intelectuales”) y las blandas (“rasgos de la personalidad”), las hard y las soft skills. Como progenitor prototipo de una generación alimentada a los pechos del liberalismo meritocrático, acudí presto a los resultados de las competencias duras, que son las serias… dejémonos de chorradas (sic). Seguro que, como yo, somos muchos a los que nos interesa más cuán listo es nuestro chaval, qué capacidad demuestra para resolver problemas numéricos o analogías verbales… No sabemos si esto le asegurará el éxito –y mucho menos la felicidad– en el futuro pero sí nos lo asegura a nosotros ahora, que nos enorgullecemos de tener a un chico tan listo, claro que sí.

Recuerdo la entrevista que hice al especialista en psiquiatría infantil Fernado Sarrais. Decía que muchos de los trastornos en niños y adolescentes vienen motivados por la excesiva exigencia académica de algunos padres sin el cariño correspondiente. Preguntó a un paciente:
–¿Tus padres te quieren?
–Mis padres quieren que saque buenas notas…

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