La FP Superior en el nuevo ecosistema educativo
La formación en FP Superior viene de la mano de profesionales en activo que conocen perfectamente el encaje del mercado laboral. © VECTOR ROCKET
Lo que sigue a continuación ha sido, probablemente, la historia de miles y miles de estudiantes de enseñanza superior. Movidos por una norma grabada a fuego en el sentir colectivo, los jóvenes asumen desde niños que para tener un futuro prometedor deben seguir los pasos adecuados hacia la universidad.
Terminan la ESO, deciden qué tipo de Bachillerato desean hacer de acuerdo con la carrera que quieren y se preparan con ahínco para superar en la EBAU la temida nota de corte. Pero no lo consiguen y, qué remedio, acceden a la carrera que buenamente pueden. Un mal menor. Pasa un año, pasan dos… y abandonan antes de terminar o, peor aún, en mitad de su vida profesional, víctimas de una mala decisión, hastiados de hacer un trabajo para el que no estaban llamados.
Visualicemos ahora otra historia muy diferente, la del estudiante que termina Bachillerato y, sin los condicionantes de las notas de corte, se decanta por una FP Superior. Encuentra todo tipo de títulos adaptados a sus preferencias, incluidas las nuevas profesiones STEAM que tanta demanda y salidas tienen en el mercado laboral. Termina un ciclo de dos años y obtiene 120 créditos ECTs. Aunque, mejor pensado, se ha decantado por un doble título de FP en tres años, pongamos que de Técnico Superior en Desarrollo de Aplicaciones Web + Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma, con 180 créditos. Ya tiene la competencia necesaria para ser un profesional altamente cualificado, pero su inquietud le lleva más allá y se anima con un curso de especialización o posgrado, esta vez de Big Data (otros 22 créditos). Imparable.
Todavía nos queda un tercer escenario en esta historia que bien podríamos calificar de éxito, porque ese o esa estudiante, ya con una sólida formación y en disposición de trabajar, ha decidido que sí, que quiere ir a la universidad, y encuentra que esa institución académica le convalida una parte de sus créditos y que, definitivamente, tiene muchas posibilidades de elegir lo que quiera, porque esos otros estudiantes que un día abandonaron han dejado su espacio.
Hablamos de otra manera de entender la formación, un proceso cada vez más apremiante en un entorno socioeconómico que cambia a velocidades inéditas
Hablamos, lógicamente, de otra manera de entender la formación y el aprendizaje a lo largo de la vida, un proceso cada vez más apremiante en un entorno socioeconómico que cambia a velocidades inéditas, y que obliga a estudiantes, profesionales y centros de formación a agilizar su capacidad de respuesta, a ser más flexibles y a tender puentes en el marco de un ecosistema académico en el que todo suma, todo se complementa, nada resta.
En la FP Superior, esa formación viene, además, de la mano de profesionales en activo que conocen perfectamente el encaje del mercado laboral y unas enseñanzas que, junto al pilar académico, se asientan en acuerdos de colaboración con empresas consolidadas en sus respectivos ámbitos, que permiten poner en práctica y desarrollar los conocimientos adquiridos.
Títulos, dobles títulos y cursos de especialización son ahora una vía efectiva para alcanzar el éxito profesional, sin dejar de lado la visión internacional
Afortunadamente, en España se han adoptado medidas muy importantes en la senda de superar esquemas educativos rígidos y caducos, y se aprecia en las administraciones una voluntad de impulsar la FP Superior como un modelo de calidad, integral e integrado que ya constituye una opción seria para todo tipo de estudiantes.
Títulos, dobles títulos y cursos de especialización son ahora una vía efectiva para alcanzar el éxito profesional, sin dejar de lado la visión internacional. Conscientes de la importancia de adquirir las habilidades para desenvolverse en un mundo globalizado, se ponen en marcha programas que ofrecen oportunidades y rutas de progresión de forma modular, mediante planes bilingües incluso en colaboración con instituciones académicas de otros países para alcanzar una formación del máximo nivel en áreas como negocios, tecnologías de la información o turismo.
A estos programas se suman las modalidades Erasmus, que refuerzan lo que hasta hace no muchos años podía ser una asignatura pendiente en el ámbito de la FP, como es el aprendizaje de idiomas y la incorporación a los programas internacionales de intercambio. Todo ello ha sido posible, cabe decir también, gracias a la apuesta por la adopción de nuevas formas de enseñanza, las metodologías activas en el aula y la extensión de la formación semipresencial online, que combina la impartición de los ciclos formativos a través de internet con la asistencia a clases presenciales en el centro.
La FP, en definitiva, no es en nada ajena a todas las innovaciones que se producen en el sistema educativo. Muy al contrario, por su adaptabilidad, su flexibilidad y su conexión con el mundo real, puede liderar un cambio necesario en España en el que centros de FP, universidades y empleadores deben ir de la mano para encontrar soluciones conjuntas a los desafíos colectivos que se nos presentan.
Javier Calvo. Director de Campus FP