Vuelta presencial a las aulas en el 2021-22: grupos burbuja, mascarilla y menos distancia
Las clases presenciales se garantizarán en las regiones con bajo riesgo de transmisión, es decir, el nivel 1 y 2.
Es la propuesta de medidas frente a la Covid-19 en el curso 2021-22 que los ministerios de Sanidad y Educación han enviado a las comunidades, un borrador que se analizará esta tarde en la Comisión de Salud Pública y mañana en la Comisión de Educación, por tanto está sujeto a cambios, han explicado a Efe fuentes de la cartera de Isabel Celaá. La propuesta final se aprobará el día 19 en una reunión sectorial entre las CCAA, Sanidad y Educación.
Según este texto, las clases presenciales se garantizarán en las regiones con bajo riesgo de transmisión, es decir, el nivel 1 y 2 (el primero por debajo de 50 contagios por 100.000 habitantes y el segundo de 50 a 150). Las comunidades que se encuentren en el nivel de alerta 3 (de 150 a 250 casos por 100.000 habitantes) y nivel 4 (más de 250 casos), se podría pasar a la semipresencialidad sólo a partir de 3º de la ESO y de manera «excepcional». Además de la mascarilla obligatoria a partir de los 6 años, continuará siendo preferente la ventilación cruzada y los grupos «burbuja» hasta los 12 años.
Una de las novedades de la propuesta ministerial es la posibilidad de reducir la distancia de seguridad de 1,5 metros a 1,2 en las aulas de Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanzas Oficiales de Idiomas. Precisamente, la ministra de Educación, Isabel Celaá, ha apostado este jueves por la vuelta a las clases presenciales porque ha razonado que las ventajas son «muy superiores a cualquier riesgo o eventualidad», durante un debate de la OEI.
Una de las novedades de la propuesta ministerial es la posibilidad de reducir la distancia de seguridad de 1,5 metros a 1,2
En Infantil, los grupos de convivencia estable, llamados también «burbuja», estarán formados por un máximo de 20 niños junto al tutor, y se les permitirá interactuar entre grupos de un mismo curso sobre todo en actividades al aire libre (recreos, actividades deportivas, proyectos…), de acuerdo siempre con la propuesta. En Primaria, estos grupos de convivencia podrán ser de hasta 25 escolares.
En las aulas de Secundaria se podrá reducir la distancia de 1,5 a 1,2 metros para garantizar la presencialidad; en 1º y 2º de la ESO se plantea una opción estable para los dos escenarios; en 3º y 4º de la ESO, en los niveles de alerta 3 y 4, se sugiere elevar la distancia a mínimo 1,5 metros u optar por las clases al aire libre.
En Bachillerato también se podrá rebajar la distancia en el aula a 1,2 metros y si hay un nivel alto de riesgo de contagio se plantean tres alternativas: optar por las clases al aire libre, aumentar la distancia interpersonal a mínimo 1,5 metros o, de manera excepcional, si no es posible garantizar la presencialidad con las dos opciones anteriores, se pasaría a semipresencialidad. En el caso de la FP rige la misma propuesta de la distancia que en Bachillerato, tanto en sus aulas ordinarias como en las actividades que se desarrollen en espacios singulares, como talleres, laboratorios o naves.
La respuesra de los sindicatos no se ha hecho esperar. CSIF ha exigido al Gobierno los criterios científicos que justifican la reducción de la distancia en las clases y CCOO le ha pedido contratar más profesores. CSIF reclama mantener los refuerzos Covid y aclarar la vacunación del colectivo, con docentes aún sin vacunar y otros pendientes de la segunda dosis, así como explicar los criterios científicos que «justifican las medidas de seguridad e higiene anunciadas, como la de reducir las distancias en las aulas». En opinión de este sindicato, «no es razonable reducir la distancia de seguridad en las aulas de 1,5 a 1,2 metros, como propone ahora el Gobierno ahora para el próximo curso. Reclamamos que se mantenga este requisito que permite también reducir las ratios de alumnado por clase y supone un incremento del número de profesores».
Por su lado, CCOO también ha exigido contratar a más docentes para garantizar la presencialidad segura en todas las etapas educativas, respetando las medidas sanitarias, lo que implica mantener las contrataciones hechas por la pandemia y aumentar el número de docentes en las etapas que se han impartido en semipresencial. Recuerda que la Federación de Enseñanza de CCOO se dirigió por escrito a la ministra el pasado mes de abril para solicitar la prórroga del personal docente contratado este curso, puesto que las circunstancias que forzaron su incorporación «no han desaparecido ni lo harán a corto plazo».
Según sus cálculos, «haría falta prorrogar las 35.312 contrataciones de este curso y aumentar el número de docentes en casi 30.000 docentes de cara al siguiente para garantizar la educación presencial en todos los niveles. Solo en Castilla y León y Navarra el alumnado ha gozado de una presencialidad total». Estima que, para poder extender la situación de estas dos comunidades al resto, es necesaria una inversión de 2.654 millones de euros, lo que supone el 0,24% del PIB del año 2020.
Junto al aumento de profesorado para cumplir las medidas sanitarias y de seguridad, el sindicato reivindica la mejora en la educación de la reducción del número de alumnado por aula, tal y como numerosos estudios señalan.
Por su parte, ANPE cree que es «imprescindible no solo mantener los desdobles actuales y el profesorado contratado en las distintas comunidades, manteniendo las actuales medidas sanitarias, sino también incrementar los desdobles y el profesorado contratado para hacer posible un doble objetivo: asegurar la presencialidad en todas las enseñanzas y compensar los déficits de aprendizaje producidos durante la pandemia».
Asimismo, la Asociación de Colegios Privados e Independientes (Cicae) ha pedido eliminar las distancias de seguridad entre alumnos y los grupos de convivencia estable (burbuja).