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El acceso al agua potable, un requisito para ir al colegio

Su desabastecimiento se traduce en enfermedades diarreicas y malas condiciones de vida que impiden a muchos niños y niñas ir a la escuela.
RedacciónMartes, 8 de junio de 2021
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Un grupo de niños del colegio "Shagaya Matha High School", donde se han instalado 30 aseos y una potabilizadora. © AUARA

La Educación es la gran esperanza de futuro para los países en vías de desarrollo, pero según Unicef, uno de cada cinco niños y jóvenes no pueden ir a la escuela por motivos de discriminación, conflictos bélicos, pobreza o enfermedades diarreicas provocadas por el consumo de agua en mal estado.

1.000

muertes diarias de niños en todo el mundo por el consumo de agua en mal estado, según la ONU.

A través de sus proyectos de instalación de pozos, tanques de recogida de agua de lluvia y sistemas de saneamiento, la empresa social Auara ha conseguido que más de 48.000 niños de 17 países de África, Asia y América Latina vean reducidas sus principales causas de absentismo escolar.

Falta de agua

«La falta de agua potable es la mayor de las pobrezas, pues se traduce en enfermedades, hambre, desigualdad y malas condiciones de vida. Una situación que padecen especialmente los niños, pues son los encargados de caminar durante varias horas diarias en busca de agua, muchas veces contaminada, para abastecer a sus familias, y corren especial riesgo a la hora de contraer enfermedades por su consumo», dice Antonio Espinosa de los Monteros, CEO y cofundador de Auara.

Naciones Unidas calcula que 1.000 niños mueren al día en todo el mundo a consecuencia del agua contaminada. «Facilitar su acceso a agua potable mejora su salud, su calidad de vida y también el tiempo que pueden dedicar a ir a la escuela», añade Espinosa.

Esta es una de las razones por las que muchos de los proyectos llevados a cabo por la empresa social han tenido como destino directo el ámbito educativo.

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Los menores son los encargados de ir en busca de agua, muchas veces contaminada, para abastecer a sus familias

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Desde el inicio de su actividad en 2016, de las 102 infraestructuras activas instaladas en poblaciones en situación de pobreza extrema, 56 se han ubicado directamente en colegios.

De este modo, los primeros beneficiados han sido los niños, que representan el 78% de la población de las comunidades en las que Auara ha impactado; y junto a ellos, el profesorado y todas sus familias.

Testimonios

Uno de estos colegios es «Shagaya Matha High School» de Chennai, la capital del estado de Tamil Nadu, en India, donde en colaboración con la Fundación Esperanza y Alegría y el CEU, Auara facilitó la instalación de una potabilizadora y de 30 aseos.

Hevin Raj, uno de sus alumnos, cuenta que su familia es pobre y no puede permitirse tener un retrete en casa, «usamos los públicos construidos por el Gobierno, que son pocos y va mucha gente, por lo que no hay higiene».

En el colegio, antes de la instalación de los aseos los alumnos aprovechaban los descansos entre clases para cruzar la carretera y hacer sus necesidades en el mar, lo que era inseguro para los más pequeños y embarazoso. «Ahora tenemos más comodidad, más higiene y menos riesgos, y además tampoco contaminamos los sitios públicos», asegura Raj.

961 años de vida más

La comunidad internacional utiliza un indicador denominado DALY para computar el número de años de vida sana perdidos por la población de un determinado lugar a causa de enfermedades o de un estado de salud deficiente.

Según los cálculos de Auara, los más de 48.000 niños que se han beneficiado de sus proyectos a lo largo de este lustro han ganado 961 años, «casi 1.000 años de vida sana en los que esos niños no han sufrido las consecuencias paralizantes derivadas de las enfermedades diarreicas ni han tenido que dejar de ir al colegio, de jugar o de tener una vida un poco más sencilla», sentencia el fundador de Auara.

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