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Esperanza Aguirre: “Ni la República fue un régimen idílico ni la destruyeron unos clérigos carcas”

La exministra y presidenta madrileña publica 'Sin complejos', un periplo por su casi medio siglo en la política y en el que se pregunta: ¿adónde vas, España?
Rubén VillalbaMiércoles, 30 de junio de 2021
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La expresidenta de la Comunidad de Madrid sostiene que la nueva ley "no favorece la calidad de la Educación" | © CARLOS G. POZO

“¿Quién es Pedro Sánchez, el guapo?”. Desconociendo ante la prensa quién había sido elegido sucesor de Rubalcaba, Esperanza Aguirre (Madrid, 1952) se refirió en esos términos al entonces nuevo líder del PSOE. Horas después recibe su llamada para trasladarle el disgusto. “Solo pude contestarle que si habría preferido que le llamara ‘el feo’”. También Zapatero, tras un primer encuentro, le pareció “guapo y educado”, pero, sobre todo, un político “que cree en España”. Después, prosigue, “se han reído conmigo deseándome que Santa Lucía me conserve la vista porque, en sus primeros años de gobierno, desmintió todas aquellas primeras impresiones mías tan positivas”. Aguirre da puntadas. Con hilo y Sin complejos (Esfera de los Libros), como titula un libro donde narra, entre otras “batallitas”, la de una profesora que se rebeló contra su propuesta de realizar, al finalizar la Primaria, una prueba donde se preguntara “cuál es la capital de Francia”: “Eso no se da porque no entra en el plan de estudios”, le objetó. “Pues para que se dé”, sentenció ella.

¿La verdad molesta?
–Puede ser. Habrá gente a quien no le guste oírla.

Dice Felipe González que un expresidente estorba mucho.
–Al contrario. Todos los expresidentes son utilísimos en sus respectivos países y gobiernos.

Usted, en cambio, vuelve para “impulsar el rearme del centroderecha”.
–Lo que propongo en mi libro es que se pongan de acuerdo en las circunscripciones pequeñas para poder alcanzar la mayoría absoluta. En el centroderecha, lo que era un solo partido donde liberales, conservadores, democristianos e incluso socialdemócratas estábamos a gusto, ahora son tres.

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Nos hemos plegado a los gurús de la corrección política, al 'establishment' de los medios y a los etiquetadores que te llaman fascista en cuanto discrepas de ellos

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Divide y vencerás, proclamaba Julio César.
–Pensé titular el libro La tormenta perfecta, porque el actual Gobierno se apoya en los independentistas y en quienes van contra la Constitución y la concordia del régimen del 78. Todos ellos están uniéndose al PSOE, que ya no es el Partido Socialista: es el “Partido Sanchista”.

Dice usted que la izquierda deshace y la derecha rehace.
–En lo económico, sí. Pero debemos ir más allá. Hay que discutir esas verdades que algunos pretenden imponernos fruto de la corrección política. En Estados Unidos la llaman ideología woke.

Otros, neocensura.
–Es que la corrección política es eso: censura.

Y usted le hace frente sin complejos.
–La palabra “complejo” viene de plicare, que significa “plegarse”. Y es verdad. Nos hemos plegado demasiadas veces a los gurús de la corrección política, al establishment de los medios y a los etiquetadores que te llaman fascista en cuanto discrepas de ellos.

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Si los padres, según Celaá, no tenemos derecho a educar a nuestros hijos, ¿quién lo va a hacer? ¿El Estado? En una democracia liberal esto es inaceptable

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¿La historia, entonces, no es la que cuentan?
–La historia de España del siglo XX tal y como nos la quieren contar no es así. Ni la República fue un régimen idílico ni la destruyeron unos clérigos carcas. Esta historia no la discutía nadie hasta que aprobaron la Ley de Memoria Histórica, que en realidad ha tenido el efecto paradójico de darnos cuenta de que todo eso era mentira.

Tampoco se discutía si los hijos pertenecen a sus padres, ¿no?
–Si los padres, según Celaá, no tenemos derecho a educar a nuestros hijos, ¿quién lo va a hacer? ¿El Estado? En una democracia liberal esto es inaceptable.

Muchos protestan contra la nueva ley.
–La norma me parece un absoluto desatino. En primer lugar, porque impide a los padres elegir el tipo de Educación que quieren para sus hijos, cuando el artículo 27 de la Constitución nos garantiza ese derecho. También es un disparate que niños con problemas no vayan a un colegio de Educación especial.

Otros hablan de “aprobado general” con propósito de enmienda.
–Que se pueda aprobar con suspensos me parece una contradicción en todos sus términos. No creo que favorezca la calidad de la Educación.

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Viendo que muchos ministros actúan en contra de lo que dice el Parlamento, hoy pienso que no debí retirar el Plan de Mejora de las Humanidades

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Cuando fue ministra, quiso reforzar las humanidades y se le echaron encima.
–El PSOE se unió a los nacionalistas contra el proyecto de enseñanzas mínimas comunes a toda España, que propuse conforme al artículo 4 de la Logse. Entonces me pareció que había que retirarlo. Hoy pienso otra cosa. Después de todo lo que he visto, de cómo muchos ministros actúan en contra de lo que dice el Parlamento, quizá no debí hacerlo. Fue un error, aunque tampoco se puede juzgar con ojos de hoy lo ocurrido hace 25 años.

Para Maquiavelo, conviene más ser temido que amado.
–En política, solo hay que cumplir la ley.

¿Usted es más amada o temida? 
–Quizá guste porque soy espontánea, natural, y eso la gente lo aprecia porque la mayoría de políticos no lo es.

¿Más celebrity o política?
–Yo no soy celebrity. En todo caso, una “famosilla”.

¿Al final a lo que aspira un político es a poder dormir tranquilo?
–Yo, gracias a Dios, duermo muy tranquila.

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Comentarios

  1. Esperanza Aguirre: «Ni la República idílica ni la destruyeron unos clérigos carcas» – Rubén Villalba
    30 de junio de 2021 19:25

    […] Esperanza Aguirre: «Ni la República idílica ni la destruyeron unos clérigos carcas» […]