La luz natural mejora el rendimiento y el bienestar de los alumnos
En la construcción del Colegio “Padre Apolinar” de Santander se dio mucho protagonismo a la luz natural y a la ventilación. © VELUX
El Colegio “Padre Apolinar” (Santander) es un centro referente en Educación especial dirigido a niños y jóvenes de entre 4 a 21 años con necesidades especiales. Sus instalaciones fueron inauguradas en septiembre de 2019 y en su construcción se otorgó mucho protagonismo a la luz natural y a la ventilación, al dotarlo de un total de 193 ventanas de cubierta plana.
Tan solo siete meses después de su inauguración, llegó el confinamiento y, “gracias a la entrada de luz natural y aire fresco a través de esas ventanas, se han reducido las posibilidades de contagio y ha aumentado el bienestar psicológico de docentes y alumnos, porque también influyen positivamente en el estado de ánimo y favorecen un tono emocional positivo y relajante”, asegura Juan Fernández Armenteros, director de la Fundación Obra San Martín, a la que pertenece el Centro “Padre Apolinar”.
Para aprovechar la influencia del calor y la luz que proporciona el sol, las ventanas deben ocupar un área equivalente al 15% de la superficie de la habitación
"“La luz natural tiene muchos beneficios para nuestro organismo y para nuestro rendimiento, así como la adecuada ventilación de las aulas a través de unas ventanas correctamente localizadas”, declara Yolanda Coello, Marketing Coordinator de Velux Iberia, la marca elegida por el centro para la instalación de estas ventanas.
Según Coello, “para aprovechar la influencia del calor y la luz que proporciona el sol, las ventanas deben ocupar un área equivalente al 15% de la superficie de la habitación”, e indica que una buena opción es combinar la instalación de ventanas verticales con ventanas de tejado.
Las ventanas de tejado fomentan la renovación del aire gracias al efecto chimenea. © VELUX
“La superficie acristalada puede mejorarse con huecos en cubierta, que además fomentan la homogeneidad de la entrada de la luz y fragmentan su entrada, ya que las aulas suelen ser espacios profundos. Además, las ventanas de tejado fomentan la ventilación y la renovación del aire gracias al efecto chimenea”, explica Yolanda Coello.
En este sentido, Esther Ruiz, maestra de Pedagogía Terapéutica del “Padre Apolinar”, señala que “durante estos dos cursos estamos comprobando los efectos positivos de este tipo de ventanas para el proceso de aprendizaje de los alumnos, pues la luz natural está contribuyendo a potenciar su atención y concentración, está influyendo positivamente en su estado de ánimo y previene la fatiga visual”.
