Luces y sombras en un año escolar atípico y complicado

El final del curso está a la vuelta de la esquina. Con el fin de conocer cuál es el balance que hace la comunidad educativa de este atípico año escolar, desde MAGISTERIO hablamos con varios sindicatos representativos de la enseñanza madrileña y con la Consejería de Educación de la región.

“Este curso fue el más extraño y desconcertante en décadas. Comenzó con una prueba de test anticuerpos a todos los docentes y con la promesa de hacer estudios serológicos en varios momentos del curso. Además, las ratios se redujeron de manera considerable, lo que quizás fue la decisión más acertada”, expresó Miguel Ángel González, responsable de CSIF Educación Madrid.

Por otro lado, destacó que dos de los momentos más difíciles de este año escolar fueron, en primer lugar, la pérdida de los refuerzos Covid “que tan buen papel desempeñaron durante el primer trimestre en los centros” y, en segundo lugar, la vuelta tras las vacaciones de Navidad que se agravó por la borrasca Filomena.

González también manifestó que echaron en falta de la Consejería una mayor implicación con la enseñanza pública “y una defensa, a ultranza, de nuestro servicio educativo, como la que sí llevó a cabo con los centros docentes concertados sostenidos con fondos públicos”. Igualmente, extrañaron un mayor entendimiento con el Ministerio de Educación.

No obstante, González resaltó, de este año escolar, la “casi terminada negociación del acuerdo de teletrabajo docente”, así como el clima general de trabajo en los centros, gracias a la contratación de unos 10.000 docentes más, y la capacidad de adaptación del profesorado y del alumnado que cumplieron, “a rajatabla”, las recomendaciones de seguridad. 

Por su parte, Juan Chávarri, secretario general de CECE-Madrid, habló de solvencia sanitaria y certidumbre educativa. «Los colegios fueron capaces de adaptarse a una situación inusual, a una pandemia como nunca nadie vivimos. El cuidado de las medidas de prevención fue algo para lo que no se nos entrenó, pero que se hizo de manera ejemplar».

De igual modo, explicó que el inicio del curso fue un momento crítico en el que todas las escuelas tuvieron que organizarse en tiempo récord para crear nuevos espacios, recolocar material, desdoblar aulas, crear grupos burbujas, adaptar mesas con mamparas «y mucho más».

En este sentido, agradeció la creatividad y el esfuerzo de los equipos directivos y de los profesores, así como el trabajo de los equipos de limpieza que «fue una parte clave en el día a día de los centros».

Para Chávarri, otra de las grandes dificultades fueron las olas de otoño e invierno, aunque cree que el mayor conflicto fue, y seguirá siendo, «la brecha emocional y psicosocial que está dejando la situación».

De igual modo, criticó la actitud del Ministerio de Educación, ya que, a su parecer, estuvo ausente en muchas ocasiones e, incluso, «aprobó una ley educativa sin consenso y de espaldas a una parte de la comunidad en el peor momento de la pandemia del Covid-19″.

Por último, recordó que el «curso Covid» no termina aquí porque su herencia son muchos niños y niñas, y adolescentes, que se quedaron atrás y que van a marcar los desafíos educativos de los próximos cursos en todos los territorios.

«Los esfuerzos del profesorado por sacarlos adelante fueron increíbles este curso, pero el esfuerzo tendrá que mantenerse y, para ello, el apoyo de las Administraciones será clave. Asimismo, las familias también jugarán un papel muy importante», manifestó.

En el caso de FSIE-Madrid, Francisco del Castillo, secretario general del sindicato, aseveró que este año escolar fue «tremendamente duro y agotador», pero, como rasgo muy positivo, destacó que no se detuvo en ningún momento. «Es un caso único en el mundo. Fuimos capaces de mantener un curso continuo y constante en plena pandemia y es un hecho que no ocurrió en ningún país de Europa ni en Estados Unidos».

«Los instantes más duros, –continuó–, se vivieron al inicio del curso, debido a los grandes interrogantes que teníamos en agosto y por la entrada a las aulas, ya que se produjo sin ninguna certeza», declaró.

Castillo también destacó el trabajo y la labor de todos y cada uno de los trabajadores de los centros, pero también el de las familias y alumnos, y reconoció que la bajada de ratios fue una de las decisiones más acertadas, «ya que sirvió para comprobar sus beneficios para la enseñanza que son fundamentalmente tres: la mayor calidad de la Educación, menores indicios de fracaso escolar y, por supuesto, una formación más personalizada». 

En lo que concierne a la Consejería de Educación, expresó que, quizás, echaron en falta una mayor disponibilidad y horarios para realizar todas las labores «complicadas» relacionadas con el Covid, y un reconocimiento total y absoluto al trabajo realizado.

Por último, argumentó que, de cara al próximo curso escolar, les sorprende el calendario escolar aprobado, «el cual supone un grave riesgo para los convenios y para toda la negociación colectiva», y esperan que se pueda llevar a cabo una enseñanza presencial y que se mantenga la bajada de ratios.

La Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid quiso agradecer “la importante labor” que realizó la comunidad educativa en este año escolar tan especial. “Aunque comenzamos con muchas dudas e incertidumbre acerca de cómo se desarrollaría, debido al Covid-19, tenemos que hacer un balance muy positivo porque la presencialidad en infantil y Primaria y en 1º y 2º de ESO fue absoluta, pese a los temores iniciales”. 

Para la Administración autonómica, los momentos más difíciles fueron aquellos en los que las cifras de contagio de la pandemia eran altas. “Nuestra principal preocupación fue que las aulas continuasen siendo lugares seguros y que no hubiese transmisión comunitaria del virus”. Y añadieron: “En el peor momento, el porcentaje de aulas en cuarentena fue muy reducido, del 2,68%”. 

Asimismo, destacaron que uno de los aspectos más importantes en los que se trabajó este año escolar fue el impulso de la Educación digital, “imprescindible para llevar a cabo la semipresencialidad en las aulas en 3º y 4º de ESO y Bachillerato y FP”. Por otro lado, expresaron que les reconforta ver el trabajo excepcional de los centros, los cuales “trabajaron de manera impecable”.

Finalmente, argumentaron que, desde la Comunidad, pusieron en marcha, en el inicio de curso, la mayor movilización de recursos, “tanto materiales como humanos”, de su historia, y confían en que el próximo año sea totalmente presencial en todas las etapas educativas.