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Podcast: Teatro Nacional Cervantes

Esteban NigroJueves, 10 de junio de 2021
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Una vieja postal del Teatro Cervantes de Buenos Aires.

En la España de los siglos XVI y XVII existía una modalidad de teatro popular llamada Corral de Comedias. Se la denominaba así porque sucedía en los corrales interiores de las casas, donde una vez por semana retiraban los animales, traían los bancos de la iglesia más cercana y hacían las funciones. Estos espacios fueron el marco de la dramaturgia del Siglo de Oro español, con autores como Lope de Vega, Tirso de Molina y Pedro Calderón de la Barca. En estos Corrales de Comedias, los días que había función, unas horas antes algunos actores solían también enseñar a leer y escribir a los niños. A mediados del siglo XVI un jovencito llamado Miguel, aprovechaba esos momentos con los actores y poco a poco aprendió a leer y escribir. Años más tarde ese muchachito publicaría nada más ni nada menos que la obra castellana más leída en el mundo: Don Quijote de la Mancha.

Pero les propongo ahora que saltemos tres siglos adelante, para descubrir en esa misma España, a una pareja de actores que eran sensación: María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza. Tanto era su éxito, que a fines del siglo XIX decidieron cruzar el Atlántico para hacer una gira por latinoamérica. Así es como en 1897 llegaron a Argentina y al público porteño le bastó ver a María sobre las tablas un par de veces para enamorarse perdidamente de ella. La actriz complacida, en lo sucesivo aumentaría en cada nueva gira americana, más y más el número de funciones en Buenos Aires prolongando así el idilio con sus admiradores. Tan feliz era en tierras porteñas, que empezó a surgirle una idea que rápidamente comentó a su esposo Fernando y en 1918 pudieron concretar: crear un teatro español en la ciudad reina del Plata.

Para la construcción de este teatro se mandaron a comprar azulejos en Valencia, losetas en Tarragona, lámparas en Lucena, pintura en Barcelona, se diseñaron las butacas en Sevilla y se confeccionaron los cortinados y el telón en Madrid. Pero claro, había que cruzar el Atlántico con ellos y acercarlos hasta Buenos Aires donde habían comprado un terreno para erigir el teatro. María movió sus influencias y logró que un amigo suyo, nada más ni nada menos que el mismísimo rey Alfonso XIII, ordenara que todo barco español que tuviera como destino el puerto de Buenos Aires, estaba obligado a llevar los materiales.

Se necesitaron tres años y unas 700 personas, para terminar el españolísimo teatro. La inauguración estaba cerca. Pero, pero, pero faltaba aún decidir ¡qué nombre tendría! Si bien el público le pidió contadas veces a María que llevara el suyo, ella eligió nombrarlo en honor a un escritor que desde siempre había adorado. El teatro de María Guerrero y Fernando Diaz de Mendoza se llamaría “Cervantes”.

Se necesitaron tres años y unas 700 personas, para terminar el españolísimo teatro. La inauguración estaba cerca. Pero, pero, pero faltaba aún decidir ¡qué nombre tendría!

Así, las vueltas de la vida hicieron que aquel Miguel que aprendió a leer y escribir en un Corral de Comedias gracias a actores, terminara 300 años después conmemorado en unas lejanas tierras ya que una actriz española admiraba profundamente su prosa. En una noche muy especial de 1921, el Teatro Cervantes se inauguró y como no podía ser de otra forma, con María Guerrero sobre las tablas.

Pero hay un homenaje más de María Guerrero hacia su escritor favorito, tal vez un poco escondido en el Teatro Cervantes. Si uno se para en la esquina hoy, opuesta al teatro y lo observa, podrá ver una copia exacta de la fachada de la Universidad de Alcalá, ubicada en la ciudad de Alcalá de Henares, a 35 km de Madrid. ¿Quién nació en esta ciudad en 1547? Miguel de Cervantes Saavedra.

* Esteban Nigro (esteban.nigro@gmail.com) es geólogo de profesión y apasionado por descubrir historias del mundo investigando mapas y fotos antiguas, libros y artículos periodísticos. Después de todo, uno sólo ve lo que conoce.

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