Podcast: Nápoles
Buscando incluso más referencias de esta ciudad, viajamos atrás en el tiempo y nos encontramos el reino de Nápoles en la Edad Media y una capital homónima ostentando ser la segunda metrópoli más grande de Europa, detrás de París.
Ya con esta información, habría buenas razones para fantasear alguna vez con viajar y perderse por las calles de Nápoles. ¡Pero atención! Que la buena noticia es que lugares como éstos, tienen aún mucha más historia para contar.
La Magna Grecia es el nombre dado en la Antigüedad al territorio ocupado por los colonos griegos, en el sur de la península italiana y en Sicilia, donde fundaron numerosas neapolis o nuevas polis en el siglo 8vo a.C. Con el tiempo casi todas encontrarán su nombre definitivo, a excepción de Nápoles que tal vez aún esté en ello.
Unos siglos más adelante de aquella fundación griega, en el siglo 4 a.C. este mismo territorio era ocupado por el Imperio Romano. Por entonces comenzaron a llamar a toda la región de Nápoles Campania Félix. ¿Por qué feliz? Pues por su gran fertilidad. Toda aquella tierra era feraz (que produce frutos en abundancia) e incluso las laderas del cercano Monte Vesubio rebosaban de viñedos que producían vinos famosos en todo el mundo antiguo.
Unos siglos más adelante de aquella fundación griega, en el siglo 4 a.C. este mismo territorio era ocupado por el Imperio Romano
Poco a poco aquel destino fue el elegido por los romanos más ilustres para descansar, para llevar una vida de otium durante el verano. Tan maravillados estaban que incluso acuñaron un término para describir su estadía allí: Pergraecare, palabra del latín que significa “vivir a la griega”. En un clima tan benévolo, podían pasar semanas vistiendo tan sólo livianas túnicas y sandalias
Es allí donde la escuela creada por nuestro amigo y filósofo griego Epicuro de Samos, encontró uno de sus lugares en el mundo. La búsqueda de una vida feliz mediante la indagación de placeres y la ataraxia, era abrazada por aquella élite romana que creó en Nápoles la segunda escuela epicúrea más grande de la antigüedad.
Pero, pero, pero… no todo era color de rosas en aquella región de placeres. Aquellas tierras eran fértiles por la presencia de cenizas ricas en minerales que descienden de la atmósfera cada cientos de años. Y lamentablemente ese espectáculo vino a interrumpir aquel contexto epicúreo en el año 79 d.C. al enterarse los romanos que lo que creían un inofensivo y lleno de viñedos monte Vesubio, resultó no ser tal. Aparte del volcán Etna en la isla de Sicilia, los romanos ignoraban la existencia de otros a tal punto que en latín no existe un término para designarlos. Afortunadamente para Nápoles la erupción del ahora mejor llamado Volcán Vesubio no fue tan grave como sí lo fue para la ciudad cercana de Pompeya. Imagino que Nápoles después de aquello ya no fue el mismo. Los romanos habían conocido el lado oscuro de aquella fértil región.
Pero si aceptamos que la vida es un yin y yang, tal vez elijamos como los napolitanos tener una vida epicúrea en la Campania Felíx sufriendo cada cientos de años claro una erupción volcánica. No por nada el escritor alemán Goethe tras conocer aquella región dijo: “Vedi Napoli e poi muori”.
* Esteban Nigro (esteban.nigro@gmail.com) es geólogo de profesión y apasionado por descubrir historias del mundo investigando mapas y fotos antiguas, libros y artículos periodísticos. Después de todo, uno sólo ve lo que conoce.