"Un tributo a los que sienten la vocación de enseñar"
Sofía Tarazón Arenas | autora de La jugada maestra
El pasado 24 de julio, se presentó La jugada maestra, una novela, con una mezcla de realidad y ficción, que cuenta cómo se desarrolló, en 1782, en un pequeño pueblo de Málaga llamado Macharaviaya, la primera escuela pública, donde se admitía a mujeres e incluso se les becaba si eran buenas estudiantes, en un momento donde la Ilustración compartía protagonismo con la apertura de la Fábrica de Naipes en el mismo lugar donde la autora hizo su presentación. «Fue allí, gracias a la familia Gálvez, donde se instauró la Educación pública y para las niñas, antes que Madrid», explica Sofía Tarazón.
¿Cómo se te ocurrió embarcarte en este proyecto?
Me decidí por «rescatar» la historia de la primera escuela española para mujeres porque mi madre es maestra y he tenido la suerte de tener grandes profesores en mi vida. «La Jugada Maestra» es un tributo a todos los que sienten la vocación de enseñar.
¿Qué ha supuesto par ti?
Yo me dedico a la Gestión Deportiva en un Ayuntamiento, un mundo que no tiene nada que ver con la literatura, pero ambas son mis pasiones: el deporte y leer y escribir. Han sido más de 4 años de escritura y documentación donde he aprendido mucho no solo de la historia oculta de nuestro país sobre Educación, sino también sobre el oficio de escribir. En este momento, gracias a la buena acogida que está teniendo la novela, supone una enorme satisfacción personal.
¿Qué puede aportar su lectura a los maestros de hoy?
La jugada maestra no solo destapa el origen de su profesión, también es una historia de amistad, de lucha y de sobreponerse a las dificultades. Valores que, en mi opinión, acompañan al desempeño de los maestros de hoy en día. Además, la mayoría de profesionales de la Educación de nuestro país son mujeres; La jugada maestra pone el foco en la reivindicación femenina por el acceso a la Educación, un derecho que hoy en día nadie cuestiona, pero que no hay que olvidar que costó mucho de conseguir y al que muchas mujeres en el mundo siguen sin tener acceso.
¿Qué recibimiento está teniendo el libro?
El libro ha superado totalmente mis expectativas como escritora autopublicada y ya va por la tercera edición. Es difícil dar publicidad a una novela sin una gran editorial detrás, pero he tenido la suerte de encontrar espacio en varios medios de comunicación que se han interesado por la novela. Además, he hecho presentaciones, Ferias del libro, he estado en clubs de lectura y, para otoño, tengo programadas más. Así que la valoración es más que positiva.
¿Tienes algún otro proyecto a la vista?
Estoy escribiendo mi segunda novela, también de género histórico. En esta ocasión, he viajado al siglo XVI y a mi tierra, Utiel (Valencia), para rescatar varios acontecimientos reales y muy interesantes que concurrieron en los mismos años y en un corto espacio de tiempo: una espectacular epidemia de peste (como estamos viviendo en la actualidad, pero mucho más temible y sin los medios adecuados para combatirla) y unos enfrentamientos bélicos que mantuvimos con el pueblo vecino y que desembocaron en uno de los primeros casos de cartografía judicial de toda Europa.
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La Historia dentro de la historia
En el siglo XVIII, meses antes de que Madrid estrenara sus primeras escuelas públicas, la Educación estaba en manos de órdenes religiosas y se limitaba a las élites, discriminando a las mujeres. Sin embargo, el pequeño pueblo malagueño de Macharaviaya fundó una escuela donde todos los niños y niñas podían estudiar, auspiciada por la importante familia Gálvez: la Fundación de Escuelas y Banco Agrícola de Macharaviaya. En ella, no solo la Educación era mixta y gratuita, sino que se becaba y premiaba a los estudiantes más aplicados, tanto niños como niñas, al tiempo que retribuía a maestros, maestras y ayudantes.
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Laura Gómez Lama
Coordinadora de ESCUELA INFANTIL