La AEP recomienda asentar y reforzar las medidas en la quinta ola
El grupo de trabajo de la Asociación Española de Pediatría (AEP) para la Reapertura de la Escolarización, empezando a superar una quinta ola con altísimas incidencias y con cerca de la mitad de los casos ocurriendo en menores de 30 años, lanza una reflexión sobre la idoneidad de las recomendaciones que propusieron en mayo y creen que se deben reforzar las siguientes recomendaciones para el comienzo presencial del curso:
- Que se mantenga en marcha una vigilancia y monitorización estricta de las infecciones en las escuelas,
- Que se mantengan las recomendaciones básicas de prevención, con el uso de mascarillas obligatorias en niños a partir de los 6 años de edad, tanto en interiores como en exteriores; la ventilación proactiva y habitual, las medidas de limpieza e higiene adicionales, la máxima distancia interpersonal posible y el establecimiento de grupos burbuja (del menor tamaño posible).
- Que se fomente la vacunación masiva de los niños a partir de los 12 años y se garantice una buena cobertura vacunal entre el personal adulto trabajador de las escuelas (la posibilidad para los vacunados de no tener que aislarse en caso de contacto con un caso positivo debería ser un aliciente adicional).
- Que se refuerce el mensaje de que cualquier persona enferma no debe acudir a la escuela hasta que se demuestre que no está infectada por el SARS-CoV-2; y, si lo está, hasta completar aislamiento.
- Que se refuerce la monitorización y el acompañamiento de los problemas de salud mental de los alumnos y personal escolar, mientras sigan vigentes estas normas estrictas y la crisis sanitaria.
Según el comunicado del grupo de la AEP:
Somos conscientes de que algunas de nuestras recomendaciones pueden ser de difícil aplicación, y que, por ejemplo, mantener las mismas ratios de profesores y alumnos, o un tamaño reducido de los grupos burbuja va a ser complejo, primero por la reducción propuesta por el Ministerio de Educación de la distancia interpersonal (que disminuye de 1.5 m a 1.2 m, lo que conllevará más niños por clase) y segundo porque requeriría una inversión de fondos significativa para la contratación de personal adicional. Sin embargo, y ante la incertidumbre causada por la variante Delta y su mayor transmisibilidad, es importante resaltar que deberemos ser muy cautos y vigilantes porque desconocemos si las medidas que se aplicaron el año pasado seguirán siendo igual de efectivas a la hora de contener la transmisión intraescolar en este nuevo contexto».
Añaden también que consideran fundamental mantener la apuesta por una educación exclusivamente presencial con todos los beneficios que esta conlleva para los alumnos:
Nos parece necesario seguir aplicando estrictamente las medidas que tan bien funcionaron el curso anterior, a las que se añadirían la vacunación de los adolescentes, al mismo tiempo que monitorizar de forma proactiva lo que esté pasando en las aulas. Si las tendencias observadas son parecidas a las del año pasado, podrán progresivamente relajarse muchas de estas medidas».
Por último, señalan que las mejoras implementadas por la pandemia en cuanto a mayor ratio profesor/alumno, menor hacinamiento en las aulas, hábitos de higiene, ventilación de espacios, traslado de actividades escolares al aire libre, etc., son actuaciones excelentes que aseguran una mejor calidad educativa; uno de los pilares básicos de las necesidades sociales de la población más sensible -la infanto-juvenil- , por ello, deberían plantearse como definitivas e incluirse en las directrices de funcionamiento escolares en nuestro país para siempre.