La mochila de los alumnos de la Comunidad, llena de precariedad
Un total de 305.586 menores en la Comunidad de Madrid viven en hogares por debajo del umbral de pobreza. ADOBE STOCK
Coincidiendo con el inicio del curso escolar, Educo, ONG de cooperación global para el desarrollo y acción humanitaria, alerta de que la mochila de los niños y niñas de la Comunidad de Madrid está cada vez más vacía. Una situación que es urgente revertir y mejorar con inversión.
Desde 2018, el riesgo de pobreza o exclusión de la infancia en la Comunidad ha aumentado 1,3 puntos, según datos del Instituto Nacional de Estadística. En este contexto de vuelta al cole, poner el foco en los derechos de la infancia sigue siendo la gran asignatura pendiente», indica Pilar Orenes, directora general de Educo.
«Si queremos vivir en una sociedad que promueva la justicia social y que crea en el poder transformador de la Educación, no podemos permitir que la brecha de desigualdades sea cada vez más profunda», advierte.
En este contexto de vuelta al cole poner el foco en los derechos de la infancia sigue siendo la gran asignatura pendiente
"La infancia sigue representando al colectivo más perjudicado por la falta de acceso a recursos como una alimentación adecuada o disfrutar de al menos una semana de vacaciones fuera de casa. Con un 25,1%, la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social de la infancia es 4,2 puntos superior a la de la población en general, que es del 20,9%.
En el último año, el riesgo de pobreza o exclusión social de la infancia en la Comunidad ha aumentado 0,3 puntos, situándose en el 25,1% en el caso de los menores de 18 años.
Esto quiere decir que un total de 305.586 niños y niñas en esta comunidad viven en hogares por debajo del umbral de pobreza, en situación de carencia material, lo que incluye aspectos como dificultades para afrontar imprevistos o pagar suministros básicos, y en hogares sin empleo o con baja intensidad laboral.
Si echamos la vista atrás un lustro, hasta el año 2016, y también en base a los datos de la ECV, vemos cómo después de unos años de descenso, entre 2016 y 2018, en la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social de la infancia, la tendencia se ha invertido y va en aumento desde entonces en la Comunidad de Madrid.
En lo que respecta a la carencia material de la infancia, que mide aspectos como el de hogares con menores de 18 años que no pueden hacer frente a imprevistos, mantener la vivienda a una temperatura adecuada o no poder comer carne, pollo o pescado cada dos días, en la Comunidad de Madrid ha aumentado también en el último año, pasando del 6,4% al 8,7%.
Si queremos vivir en una sociedad justa, no podemos permitir que la brecha de desigualdades sea cada vez más profunda
"El porcentaje de hogares donde viven niños, niñas y adolescentes con retrasos en el pago de suministros básicos en la vivienda principal, como el alquiler, la hipoteca, la electricidad, el gas o la comunidad, pasando de un 9,2% a un 13,7%.
Asimismo, un 35% de los hogares donde viven niños, niñas y adolescentes no puede hacer frente a imprevistos y un total de 391.013 hogares con menores de 18 años tiene dificultades para llegar a fin de mes.
«El inicio del curso escolar es un momento clave para preguntarnos qué modelo de sociedad queremos tener», subraya Orenes. «Los datos nos muestran que el lugar donde vive un niño o una niña incide de forma significativa en su bienestar, también el económico», advierten desde Educo, que continúan luchando un año por conseguir una Educación universal, gratuita y pública, que respete y promueva la diversidad humana.
Seguro que en la concertada-privada no hay tanta precariedad. Las familias eligen ese tipo de centros para evitar que sus niños sean compañeros de los más desfavorecidos.