Niños positivos

En el día a día de la Educación, hemos de tener muy presente la importancia de transmitir una mirada positiva hacia uno mismo y hacia lo que nos rodea. Difundir en nuestros hijos un juicio constructivo hacia el mundo en el que vivimos les permitirá tener intenciones adecuadas y afrontar situaciones y proyectos de forma efectiva y conveniente. Y, sobre todo, les ayudará a estar más contentos y a ser más felices.

¿Cómo les enseño a ser positivos?

• El ejemplo. Una de las claves fundamentales la encontramos en cómo afrontamos nosotros mismos los acontecimientos que nos suceden y cómo exteriorizamos las reacciones que nos provocan. Puesto que el ejemplo es la mejor enseñanza que podemos dar a nuestros hijos, debemos mostrarles cómo hacemos frente a las circunstancias adversas con confianza y optimismo.
• Control sobre lo negativo. También hemos de indicarles cómo huir del pesimismo para controlar lo que sentimos y darles herramientas para encarar las sensaciones negativas. Así pues, a la hora de abordar una situación adversa debemos revelarles cómo afrontarla y la forma de soportar los efectos nocivos que se pueden originar.
• Afrontar sin evitar. Antes que enseñarles a eludir sus consecuencias, tenemos que orientarles para que adquieran un aprendizaje que les permita resistir ante esos sentimientos dañinos y así conseguir que no resulten tan perjudiciales. Por tanto, hay que prepararles para canalizar tales efectos adversos y para que la experiencia les permita superar mejor circunstancias similares en el futuro.

Se ven como tú los miras

La consideración que nuestros hijos han que tener de sí mismos ha de ser positiva. Y para ello han de percibir que nosotros tenemos ese concepto de ellos pues así conseguiremos que sean conscientes de su valía y de su capacidad para hacer todas las cosas buenas que se propongan.

Pero el interés que tenemos en educar a nuestros hijos a la hora de que adquieran buenos hábitos y se hagan mejores personas puede ocasionar que nos centremos constantemente en corregirles y hacerles ver únicamente sus fallos. Puesto que esta circunstancia puede causarles frustración, hemos de resaltar lo que hacen bien, felicitarles por ello y, cuando no actúen de forma adecuada, decírselo e indicarles cómo hacerlo mejor la próxima vez, para lo cual les mostraremos su aptitud para ello.

Por tanto, no se trata de que no adquieran conciencia de lo que hacen mal sino de no concentrarnos únicamente en sus errores y defectos para que mejoren su autoestima al apreciar que confiamos en ellos y en su capacidad de mejorar.

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Recursos:

• Conversaciones positivas
• Reacciones tranquilas
• Ilusión
• Superación

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Paloma Cavero Coll,
maestra de Educación Infantil y Primaria