Ortorexia a tope
Hay una enfermedad creciente, la ortorexia: obsesión por la comida y la vida sana. Estar sano parece cada vez más difícil y si alguien cree que está así, muchos otros pensarán que se equivoca. Resulta casi escandaloso no tener que estar pendiente de cuidarse, porque cualquier cosa podría hacernos daño o incluso te lo está haciendo ya, aunque pienses que eso no va contigo.
Un gastrónomo escribió el libro Cuando sólo nos queda la comida, título que refleja muy bien esa obsesión a la que llega tanta gente. Que en realidad sólo me parece satisfactorio ya el comer sano, y que todo lo demás me resulta insoportable: la mujer, el trabajo, los hijos, el deporte, el ocio, los vecinos, el tráfico, el ambiente, se están convirtiendo en una carga demasiado pesada y sólo me queda disfrutar comiendo, y sólo cosas exquisitas o exquisitamente sanas.
Los programas de cocinar en TV son cada vez más relamidos. No basta con enseñar cómo se hacen unos huevos fritos o una tortilla de patatas. Eso es terrible, tiene colesterol, grasas, ácidos y miles de cosas dañinas, que no se sabe cómo pudieron vivir nuestros padres con esa alimentación. Es insana y debemos buscar sólo unas verduritas rehogadas para realmente sobrevivir bien sanos.